Padre Mario Manríquez.- ¿Y usted ya se peleó con su familia esta cuarentena? Y lo pregunto de verdad porque el hecho de pasar tanto tiempo con la familia, forzados por la necesidad, añade un puntito extra de estrés a la convivencia familiar. Porque es muy normal cuando la familia decide reunirse sea por un festejo, sea por un viaje de vacaciones o sea por alguna celebración especial, nunca falta un “prietito en el arroz”.
En medio de la alegría del viaje el hermanito menor estira la mano para jalar el cabello de su hermanita, el hermano aprovecha para hacerle bullying al que siempre le dice que ha sido adoptado, la esposa aprovecha tener cerca al marido tanto tiempo para recordarle las fechas que el susodicho ha olvidado y el esposo no deja pasar la oportunidad de hacer cuentas sobre los gastos innecesarios de su mujer, no se diga cuando cualquiera de los miembros de la familia decide lo que quiere hacer en el viaje porque entonces no dudará en fingir una enfermedad o ponerse de mal humor hasta lograr su objetivo.
Si eso sucede en un viaje que se supone que es para diversión, alegría y que tiene un tiempo determinado de duración, imagínese usted lo que pasa en una cuarentena, más en una cuarentena como la que estamos viviendo- ¿Ha oído usted la expresión “más largo que la cuaresma”? Pues se aplica perfectamente a esta cuarentena.
Así el permanecer en el hogar no se ve como una reunión deseable, aunque sea con la familia, sino como un castigo impuesto por un agente malévolo y cruel. Es necesario darnos cuenta de esto y no idealizar la convivencia familiar durante una cuarentena porque habrá de todo que podemos hacer, lo primero ver las cosas con naturalidad, ni asustarnos ni desesperarnos con opciones positivas, es necesario observar con naturalidad, con tranquilidad lo que se vaya presentando.
Es verdad que somos de la misma sangre los que formamos una familia bajo el mismo techo, pero también es verdad que cada uno constituye una individualidad con sus propios gustos, opciones y aficiones y que el convivir bajo cuatro paredes no nos hace iguales, más bien pondrá a prueba primero nuestra capacidad de tolerancia a la forma de ser del otro; segundo pondrá a prueba mi habilidad para adaptarme a las circunstancias y el siguiente mi capacidad personal de aportar al entorno de la convivencia diaria riquezas que ayuden a crear un clima constructivo de cada uno de los miembros de la familia.
Y esto, mis queridos amigos, francamente no lo temamos presente, no es lo mismo ver a tu hermana una vez a la semana toda una tarde que convivir con su “modito” 24/7, porque ahí mismo puede reventar nuestro hígado sino somos capaces de tener tolerancia, capacidad de adaptarme a su forma de ser y riquezas para sacar lo mejor de ella y no su peor cara.
Y es que esta pandemia nos ha demostrado que ya éramos muy buenos para sacar dieces en la escuela, para vender en el tianguis y para ganarnos la vida de cualquier manera, pero habíamos quedado desprovistos de las herramientas humanas que dan un sentido real y profundo a la familia, más aun cuántos jóvenes antes de esta experiencia de la pandemia sentían alergia hacia la posibilidad de tener hijos y cuántos ahora descubriendo su propia soledad han tomado conciencia de lo que significa no solo un matrimonio, o una boda en lugares exóticos, sino una familia.
Desde el ámbito de la fe, qué importante resalta el poder descubrir a Dios en la familia, alguien de quien habíamos olvidado hablar y hacer presente creo que ahora se vive de una manera más consiente la religión que cada quien profesa, hasta los católicos ya leen más la Biblia y han vuelto a rezar el Padre Nuestro, incluso con los brazos extendidos.
En esta perspectiva es que Fomento del Tejido Social de Ciudad Juárez A.C., participando en la convocatoria del DIF Estatal, ha echado a andar un programa de apoyo a la familia durante esta cuarentena y es un programa de apoyo psicológico a través de llamadas y/o videollamadas para auxiliar a las familias y de un modo especial a los niños y adolescentes si llegaran a encontrarse en un momento de crisis ante la realidad del encierro; ante la incertidumbre de la enfermedad; ante las riñas familiares; ante alguna depresión que pudiera presentarse y ante la necesidad de apoyo por la pérdida de algún ser querido.
Y no solo este aspecto de apoyo en dificultades sino también desde una perspectiva de apoyo y desarrollo a la dinámica familiar a través de juegos, dinámicas, diálogos, en fin, tantos recursos que la ciencia de la psicología puede aportar positivamente a nuestra comunidad familiar.
Este programa será sin costo para las familias, solo tienen que llamar y agendar una cita con cualquiera de los tres psicólogos que estarán atendiendo a través de llamadas y/o videollamadas. El teléfono al que pueden comunicarse es el 656 327 3424 con la Lic. Verónica Soto para agendar su cita de apoyo en esta cuarentena.
Los invito a no dejar pasar esta oportunidad, quedan pocos días en casa, pasemos de la zona del miedo a la zona de aprendizaje para poder llegar a una zona de crecimiento familiar. No dejen pasar la oportunidad.
¡Dios bendiga a Ciudad Juárez!