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Reforma electoral, un traje a la medida

Senador Cruz Pérez Cuéllar.- En días pasados presenté un exhorto en el Senado, para pedirle de la manera más atenta al gobernador Javier Corral que retire la iniciativa de reforma a la Ley Electoral que entregó recientemente al Congreso del Estado, porque su contenido está completamente  fuera de lugar por razón de la pandemia, como lo expliqué en la entrega pasada, pero también porque su intención atenta contra la democracia, misma que dice exaltar y coloca en disyuntiva los avances alcanzados hasta aquí en materia electoral.

Además de una logística que supone un gasto enorme, imposible para el estado en este momento de crisis financiera, la mencionada reforma hasta discrimina a quienes no estén familiarizados con la tecnología y que deseen emitir su voto en los próximos comicios. Se pretende instalar urnas electrónicas, cuya operación genera de entrada un rechazo natural por parte de muchos ciudadanos que son ajenos por voluntad o por carencia a los avances tecnológicos.

El uso de urnas electrónicas y todo el sistema de captura de votos sigue siendo motivo de confrontación en las democracias que se consideran de avanzada, precisamente por la desconfianza que hay en los resultados que arroja ese procedimiento, tan fácil de manipular y tan a merced de los delincuentes cibernéticos, mejor conocidos como hackers.

Si únicamente fuera este aspecto el motivo de la discrepancia con la reforma, sería suficiente para rechazarla por lo absurdo e impráctico que resulta en este momento. Pero hay mil elementos más que señalar y que nos llevarían varias cuartillas hacerlo, me parece que los medios de comunicación han criticado ya varios de estos elementos que sugieren, muchos lo han publicado y yo comparto la idea, un traje diseñado justamente a la medida de quien el mandatario estatal piensa que pudiera sucederlo.

Pero los datos mencionados así como la propuesta para abrir la elección de candidatos de los propios partidos al voto general, quitan con ello a los militantes de los mismos el derecho de elegir a quienes los representarán en las siguientes elecciones, es un golpe a la autonomía de los partidos políticos, cuya vulnerabilidad solo mira a conveniencia el gobernador Corral.

Él ve perversión en el modo de elegir a los candidatos y de esa manera ha sido elegido durante toda su vida política. Él habla del control de las candidaturas en los partidos por los grupos de siempre; sin embargo, Corral usufructúa un cargo gracias precisamente al control de las cúpulas panistas que prácticamente le regalaron la candidatura al gobierno del estado.

Javier Corral repudia el sistema electoral que lo tiene donde ésta actualmente, pero lo desdeña no por fallido o disfuncional puesto que le ha generado muchos cargos en los últimos 30 años, sino por ambición, quiere permanecer más tiempo en Palacio de Gobierno, a la manera tradicional del otrora bipartidismo en el ámbito nacional a través de la dictadura perfecta, donde no son los hijos o los hermanos los que heredan la administración del gobierno sino sus amigos, sus incondicionales.

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