Jorge Quintana.- Después de la aprobación de la reforma al artículo 5 transitorio de la Reforma constitucional, que alarga la presencia del Ejercito en las calles para combatir al crimen y además, anexarle la Guardia Nacional, el Senado quedó evidenciado. Fueron pocos los senadores del PRI que mantuvieron su postura en contra de dicha reforma y solo uno del PRD. Senadores y senadoras del PAN y MC; así como el grupo plural, que se ha conservado íntegro y no respalda dicha reforma. Finalmente se logra la mayoría calificada por el voto de Morena y los “convencidos” del PRI y del PRD.
El pueblo bueno y sabio no gana nada, los gobernados permanecerán contemplando y sufriendo en carne propia la guerra contra el crimen organizado por las fuerzas armadas nacionales y sin esperanza de volver a la paz y la tranquilidad ciudadana.
Quienes nos representan en el Congreso de la Unión, nuevamente se someten a los deseos y caprichos del titular del Poder Ejecutivo federal y se olvidan de la naturaleza de su representación.
¿Gana AMLO? No. Porque queda claro que se entrega cada día con mayor convicción y sin remedio al aparato castrense nacional.
¿Gana Morena? No. Porque sigue sin conformarse como partido autónomo y solo funciona como apéndice del caudillismo de López Obrador.
¿Gana la alianza Va por México? No. Porque se resquebraja su pacto, al sucumbir a las presiones y chantajes, los y las legisladores del PRI y el PRD, solamente algunos de los integrantes de estos partidos, mantuvieron su congruencia, dejando solos al PAN y a Movimiento Ciudadano.
¿Gana la democracia? Menos. Cada día se desmoronan las instituciones que le dan legitimidad y pronto veremos caer al INE.
Entonces, ¿qué celebran los integrantes de Morena?
La traición a los postulados de la izquierda mexicana, siempre en contra de la militarización del país y la sellan el mero día del aniversario de la matanza de Tlatelolco, la masacre del ejército a los estudiantes en la plaza de las Tres Culturas.
¡Ay, 2 de Octubre, no te olvidas! Y con estos hechos, más honda seguirá siendo la herida en la historia mexicana.
Más profundo el agravio y más lejana la paz pública.
Hay otros grupos que estarán festejando, sobre todo aquellos que disfrutan de los abrazos del poder y seguirán campeando por la república.
Aquellos que tomaban las calles y protestaban contra el Estado y sus agresiones contra el pueblo, aquellos que exigían democracia y castigo a los agresores, a los funcionarios del gobierno, aquellos que sufrieron represión y aún guardan recuerdos agrios del 68, ahora están siendo testigos de la regresión y el empoderamiento del Estado para sacrificar las conquistas democráticas, y, por desgracia, muchos de sus correligionarios, son ahora los verdugos de las instituciones que tanta sangre le han costado a la nación mexicana.
Mientras, la titular de la CNDH, ausente, traicionando la memoria de sus seres queridos. No cabe duda: el poder nubla la vista y la ambición, rompe conciencias exhibiendo la miseria humana.
