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Lambiscones y soflameros

La ministra demostró con su discurso del día de los hechos, que entiende muy bien la separación de los tres poderes, que ella representa a uno de ellos y que ninguno es superior al otro, aunque la costumbre histórica de sumisión abyecta les haya hecho creer que es superior a los otros dos poderes

Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- La evidencia de que “nos falta” una reforma judicial fue lo que expresó el cholo callejero, presto y afanoso, además de barbero, Fernández Noroña, cuando hace notar la supuesta falta de la ministra Norma Piña, presidenta de la Suprema Corte, en el evento de conmemoración de la Constitución, al no ponerse de pie cuando hizo su entrada el presidente.

Lo cierto es que las descalificaciones que Andrés Manuel hizo el miércoles de ella, hablan de la molestia presidencial por esa supuesta falta de respeto. ¿Ahora pretenderían, según el lambiscón y soflamero, una reforma? ¿Para quitarla? ¿Para poner a Yasmín? Mejor que se calle ese cholo pandillerito.

A todo lo que se ha dicho, desde el pasado 5 de febrero, la magistrada presidenta de la Corte, Norma Piña, ha respondido con silencio. Eso habla muy bien de ella, aunque el presidente se atreva a señalar que es magistrada y presidenta de la Corte gracias a él. 

Lo que no entiende el presidente es que, si bien, él la propuso, no por ello se debe a él, sino a la gente a la que urge garantizar una impartición de justicia pronta y expedita. La ministra entiende bien que en ese evento los tres poderes eran, y lo son siempre, pares, y no había porqué ponerse de pie a su entrada, toda vez que la celebración del aniversario de nuestra Carta Magna, ni ningún otro evento, implican sumisión de los otros poderes a uno de ellos.

La ministra demostró con su discurso del día de los hechos, que entiende muy bien la separación de los tres poderes, que ella representa a uno de ellos y que ninguno es superior al otro, aunque la costumbre histórica de sumisión abyecta les haya hecho creer que es superior a los otros dos poderes.

Además, las groserías, que no fue el caso con ella, sí lo fueron por parte del equipo del presidente al mandar a las orillas del presídium tanto a Santiago Creel, que en el evento asistía como titular del Poder Legislativo, como a la ministra como titular de la Suprema Corte de Justicia. Eso sí, el presidente con los generales y el almirante a su lado. Tres poderes iguales son la base sustantiva de nuestra República, les guste o no.

Hay que señalar que Norma Piña llegó a la Presidencia de la Corte luego de tres rondas de votación y apenas ganó por un solo voto a la magistrada preferida del presidente, Yasmín Esquivel, quien plagió su tesis de abogada, ya demostrado. Más allá de lo que pase con ese asunto de bochorno y vergüenza, el objetivo del presidente se frustró. 

El verdadero fondo del asunto es que el berrinche presidencial fue por no haber podido apoderarse de la Corte con Yasmín a la cabeza. Veremos cómo transitan. Ya había roces bastante fuertes con Santiago Creel y ahora se suma la ministra presidenta de la Corte, aunque por las vísperas ya sabemos que la magistrada no contesta pero actúa y Santiago ya avisó que no irá a eventos más que cuando le toque hacer uso de la palabra.

Además, en ninguna parte de la Constitución ni de ley alguna, dice que al presidente se le deban rendir honores. Él no es la bandera de México, es el presidente, y es mucho, no sé por qué quieren más, como los de antes. ¿Pues no que no son iguales?