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La pandemia y sus consecuencias

Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- El azote de la pandemia deja, hasta ahora, una impensada cantidad de muertes. Se habla de 600 mil.

Al principio, en los primeros dos o tres meses de la pandemia, cuando abrieron un espacio en la televisión pública por las tardes para informar su evolución día a día, yo fui uno de los seguidores y hasta hubo momentos en los que me sentí orgulloso por el manejo de ese fenómeno y los mínimos contagios y muertes que se daban y, mejor aún, las que se esperaban, llegando a afirmar que serían 12 mil, y sin dar mucha importancia al virus.

Incluso, se dijo que en caso de una situación catastrófica llegaríamos a los 60 mil muertos en todo el país.

La realidad que no pregunta y solo se impone de golpe y porrazo les echó todo abajo, pues la pandemia cundió de forma inesperada, tanto por nuestras autoridades como por la población, aunque sí anunciada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Para entonces el coordinador mediático de la pandemia, Hugo López-Gatell Ramírez, empezó un largo y fracasado empeño de justificaciones que lo llevarían a muchas contradicciones y justificaciones increíbles con el consecuente descrédito y burla pública.

Recordemos: La pandemia empezó en noviembre del 2019 en China, en diciembre cundió el miedo por el mundo y en enero se iniciaron las acciones para hacerle frente. Lo anterior demuestra que sí hubo tiempo para crear un plan estratégico en el país para hacerle frente, pero se eligió menospreciar su potencial capacidad de contagiar y matar.

Los errores:

• No activar a tiempo los protocolos de uso de mascarillas, cubrebocas, aislamiento de pacientes, seguimiento a familiares, desinfección de áreas, etc.

• La creencia inicial de cómo se daba el contagio llevó a ignorar a los primeros pacientes, quienes pese a tener los síntomas no eran diagnosticados porque no habían viajado a los países donde estaba el virus ni habían tenido contacto con infectados.

• El aislamiento social, la preparación de los hospitales con áreas definidas, materiales de protección, medicamentos adecuados, etc. Todas esas decisiones tomadas con retraso mortal.

• Para acabarla, Hugo anuncia que se prohíbe a hospitales particulares que hagan pruebas COVID, al tiempo que la OMS llama a que se hagan esas pruebas en todos los países y se argumenta que no son necesarias, así que ni los hospitales públicos las llevan a cabo.

Para abril del 2020, la pandemia se le sale de control al gobierno y nuestro país aparece con tasa de mortalidad por la pandemia arriba de China, Italia y EU, que traían 4 de cada 100 y nosotros con siete de cada 100.

La sobreexposición de Hugo en los medios fue llevándolo a una serie de cambios en su personalidad:

Al inicio era jovial, alegre y exhibía los dones que su maestro Jorge Alcocer admira y por lo que lo puso al frente del manejo de la pandemia, con la anuencia del presidente. Después se volvió irascible y continuamente se confrontaba con periodistas, con los que llegó a perder el estilo, para perder con ellos y con la sociedad toda credibilidad.

Hoy la cifra de muertes por COVID da escalofríos. Se reconocen casi 300 mil y se dice de muertes no reconocidas por COVID de otras 300 mil. Cabe señalar que las no reconocidas por COVID es porque no hay prueba fehaciente; sin embargo, lo que sí hay es una estadística anual esperada de muertes en el país y las cifras concuerdan con el excedente de esa estadística, lo que nos lleva irremediablemente a un escenario catastrófico, pero no el que dijo Hugo López-Gatell Ramírez de 60 mil, sino que el error llegó al grado de tener que agregar un cero a la derecha; es decir, 600 mil muertos en el país, y lo que es peor: y contando.

¿Quién o quiénes pagarán los platos rotos?, porque de que habrá consecuencias ni duda hay, el presidente tendrá que reemplazar a varios de los causantes del mal manejo de la pandemia y uno de ellos será Hugo, que se llevaría entre los pies, creo yo, a su jefe Jorge Alcocer y a algunos otros de los personajes que trabajan en esa área.

Nota: En México la estadística apuntaba que en 2020 morirían aproximadamente 950 mil personas, pero murieron cerca de un millón y medio. Si para 2021 se espera cerca de un millón, entonces cuando aparezcan los números sacaremos las cuentas reales.

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