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La otra pandemia

Candelario González Villa.- Inolvidable aquel 1 de diciembre de 2012, cuando Enrique Peña Nieto tomó protesta como presidente. Lo interesante del inicio de ese gobierno fue la consolidación del programa económico y político de Carlos Salinas de Gortari.

Durante su administración, se entregó el Estado a intereses privados y se dio el derrumbe institucional de lo que México representa como nación.

La contribución irracional y deshonesta corrió con el apoyo de la legislatura federal y de las dirigencias del Partido Revolucionario Institucional (PRI), del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD) al firmar el llamado “Pacto por México”.

En el mismo tenor, las legislaturas de los estados aprobaron las reformas propuestas sin mediar el estudio, a aquellos pseudodiputados les bastaron un par de horas para levantar el dedo aprobatorio. ¡Cuánta maldad! Sin embargo, es hora que no le dan la cara a la nación y aún nos deben una explicación valiente, honesta y veraz.

Deben pedir perdón a las grandes mayorías de pobres, de jóvenes que viven el presente sin oportunidad de un bienestar en todos los niveles: académico, cultural y laboral.

Tuvo que llegar una pandemia para darnos cuenta de que México ya contaba con otra igual de letal que el Covid-19. La otra pandemia es la corrupción, acompañada de la impunidad y la cleptomanía de nuestra clase política y la cúpula empresarial.

Este virus duró 80 años y mutó a otro tan letal como el primero que se empezó a manifestarse en forma alarmante entre 2000 y 2012.

Hoy vemos portadores de este virus que llamaremos PRIAN, deambular por estados de la república y en organizaciones privadas.

A pesar de los exabruptos de la oposición minoritaria, se les niega la posibilidad de penetrar en la conciencia del pueblo, de esa gran mayoría que ellos tiraron al olvido, a la humillación.

Ahora estamos viendo el repudio a sus acciones desestabilizadoras. A pesar de la guerra sucia y el torrente de calumnias que asestan diariamente al gobierno federal, no convencen ni a sus correligionarios.

Vemos este virus que sigue causando estragos en los estados gobernados por el panismo retrógrado y uno infestado del casi extinto PRD en Michoacán. Para beneplácito de los chihuahuenses, el virus que nos desgobierna lo vamos a erradicar en un año y cuatro meses.

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