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José María Valentín Gómez Farías

Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- José María Valentín Gómez Farías fue presidente de México en cinco ocasiones, todas como interino, la mayoría con López de Santa Anna.

Liberal y defensor del federalismo. Único político con papel protagónico en 2 constituciones: la de 1824 y la de 1857. Se le considera Patriarca de la Democracia y de leyes conocidas como la Primera Reforma.

En 1833 sienta las bases jurídicas para la separación de la Iglesia y el estado y para abolir los privilegios del clero y del ejército, ideas que serían adoptadas por Benito Juárez. Gómez Farías también antepuso el principio de la supremacía del Estado laico en los asuntos de orden civil.

Congruente, incautó bienes de los herederos de Hernán Cortés, el clero y misioneros. El diezmo dejó de ser obligatorio y abolió la pena de muerte por delitos políticos.

Creó la Dirección General de Instrucción Pública o educación para el Distrito Federal y Territorios de la Federación. También una biblioteca nacional y ordenó la apertura de seis centros de educación superior.

Suprimió al clero la facultad de nombrar curas, obispos y arzobispos, la cual decretó como un derecho de la nación. Se atrevió, enfrentó y juzgó a los asesinos de Vicente Guerrero.

Todo lo que hizo alteró al clero, a la milicia y a los centralistas que exigieron el regreso del titular Santa Anna, y este una vez, despachando en la Presidencia, organiza una asonada y disuelve el Congreso, de paso y por celo y/o envidia, exilió a Gómez Farías y derogó sus leyes.

Luego de dos intentos, Valentín Logra regresar en 1845, y en diciembre del año siguiente, en medio de la Guerra con Estados Unidos, el Congreso lo designó vicepresidente, porque Santa Anna partió para hacerse cargo del mando de las tropas mexicanas.

Gómez Farías, fiel a sus principios, no se arredra por ser Santa Anna el titular; por el contrario, de inmediato echó abajo las Siete Leyes centralistas, expedidas en 1836, y restauró la Constitución de 1824, regresando al federalismo.

Más tarde, la falta de recursos para sostener a las milicias que peleaban en el norte del país, le hizo crisis y pretendió financiar la guerra con bienes de la Iglesia, lo que provocó en la Ciudad de México la famosa “Rebelión de los Polkos”.

Santa Anna, que dirigía al ejército mexicano en la Batalla de Buena Vista, junto a otros generales, y que pudo ser una gran victoria de México, pero que Santa Anna, en su furia, echó a perder al retirar su ejército para regresar a la Ciudad de México a destituir a Gómez Farías, el 21 de marzo de 1847.

Era clara la postura de Valentín en favor de una República, pero la envidia de Santa Anna lo frenaba. La naciente y poderosa oligarquía mexicana prefería al mesías militar que al ilustre Valentín.

Posteriormente, Valentín ya como diputado, se opuso al Tratado de Guadalupe Hidalgo, pactado con los invasores tras la Guerra con Estados Unidos. En 1853, Santa Anna volvió al poder e instauró la dictadura. En 1855, Gómez Farías fue designado líder de la Junta de Representantes del Plan de Ayutla, para derrocar a Santa Anna. Su trabajo, sus exilios y fatigas no habían sido en vano.

Al fallecer Gómez Farías, la Iglesia le negó sepultura y su cuerpo tuvo que ser enterrado en la huerta de la casa de su hija en Mixcoac.

Este hombre fue el verdadero precursor de la separación Iglesia-Estado y creador de leyes que podrían haber dirigido bien y a tiempo, 25 años antes que Juárez, a nuestro país. Ganaron los caudillos y perdió el pueblo, la plebe y la indiada, ignorados, no valían nada.