Inicio EL MEOLLO DEL ASUNTO Guarderías, Juárez: entre el abuso y la justicia

Guarderías, Juárez: entre el abuso y la justicia

Daniel Valles.- La herida no solo sigue abierta. Se profundiza. Las cifras ya son imposibles de ignorar: 71 carpetas de investigación, cinco guarderías involucradas, más de 20 menores señalando actos de abuso y, ahora, maestras enfrentando cargos por violación con penalidad agravada.

Ciudad Juárez no necesita más alarmas. Necesita respuestas. Y, sobre todo, necesita claridad. Porque entre las detenciones, las audiencias restringidas, las protestas y los linchamientos mediáticos, la verdad corre el riesgo de quedar sepultada bajo el ruido.

Detenciones y defensas: “mucho ruido, pocas nueces”

Lo que comenzó como un escándalo se ha convertido en un caso de múltiples capas. El nombre de Naomy Yamileth Rodríguez Pérez, por ejemplo, ya recorre medios y redes. Acusada por 26 menores, su defensa no es poca cosa: 36 abogados y el respaldo de una ONG.

¿Inocencia defendida o poder organizado? No lo sabemos aún. Pero debemos saberlo. Porque la justicia no se mide por aplausos ni por el número de pancartas que una causa pueda reunir. Se mide por pruebas, por hechos, por verdad.

¿Hay un silencio institucional? Así parecería.

El IMSS calla. El ISSSTE también. La FEM da boletines, pero no claridad. Y mientras tanto, algunos padres gritan justicia, otros gritan venganza. Y entre ellos, trabajadores con miedo, acusados sin pruebas, hostigados por redes sociales, convertidos en criminales sin juicio.

¿Dónde está la verdad? ¿Dónde está el equilibrio entre proteger la infancia y preservar el debido proceso? Esa es la pregunta que nadie se atreve a responder con seriedad.

Esto ya no es solo un caso: es una prueba para los jueces. ¿Serán valientes para dictar según la ley, no según las tendencias en redes sociales? Será también una prueba para los fiscales: ¿construirán expedientes o solo discursos mediáticos?

Claro que es una prueba para los medios: ¿buscarán la verdad o la audiencia?

Y no debemos de olvidar que es una prueba para nosotros: ¿seguiremos exigiendo cabezas o empezaremos a exigir verdad?

Porque la infancia sí debe ser defendida, pero no con linchamientos, sino con justicia. La que ve lo blanco blanco y lo negro negro. Y no lo decide por consigna, sino por evidencia.

O se corrige el rumbo ahora o se hunde todo: el sistema de guarderías, la justicia local y la esperanza de cientos de familias. Juárez está a prueba. Y lo está en serio.

El enemigo no es solo el abusador que se escondió. También lo es el silencio institucional, la cobardía judicial y la furia sin control.

Este no es momento para tibiezas. Es momento para actuar con rigor, con verdad y con responsabilidad. El futuro de nuestros niños —y de nuestra dignidad como ciudad— depende de ello. Ahí El Meollo del Asunto.