Inicio EL MEOLLO DEL ASUNTO Dislate y ofensa presidencial

Dislate y ofensa presidencial

Daniel Valles.- El presidente Andrés Manuel López Obrador informó que se busca una nueva clase media más fraterna, humana y solidaria.

“Que no se le dé la espalda al que sufre y además estén más conscientes y más politizados para que resistan campañas de manipulación, que no sean presa fácil de la manipulación que orquestan, que llevan a cabo los grupos de intereses creados; los que no quieren que haya cambio”, expresó. Todos los medios publicaron su dicho.

¿Y esto cómo piensa lograrlo? ¿A dónde piensa que se debe de ir para buscar tal nueva clase media? No lo dijo.

Don presidente piensa que la clase media mexicana no es solidaria con las personas. Pero la clase media no vive aislada. NO es una isla. Don presidente se equivoca, una vez más.

En las pasadas elecciones, la clase media mexicana no votó a favor del proyecto de nación de don presidente y éste, reclama y ofende a la gente que así hizo. 

A la gente que se da cuenta y entiende que el rumbo que toma su administración está no es uno que beneficie a todos en general.

Eso es lo que le ha dolido a don presidente en toda su alma. Darse cuenta que la clase media, la que salió a votar por él y su oferta política en 2018, no lo ha aprobado y no está de acuerdo con su proyecto. 

Pero lo peor para él, la gente le ha retirado su voto. Ya no tiene los 30 millones de votos que tanto han hecho alarde. Porque sí los tenían.

Muy doloroso debe haber sido el darse cuenta de ello. A tan sólo tres años de esa votación histórica en México. 

Eso le otorgó un sentido de seguridad y de aprobación de mega proporciones. Pero, así como la clase media dio, la clase media quitó. Y eso no estaba en el guion. Menos a mitad del sexenio.

El desgaste propio de gobernar, más las pifias y malas decisiones que ha tomado en tres años, han sido el motivo principal para que la clase media le haya dado la espalda al programa de nación de don presidente Andrés Manuel López Obrador.

La economía mala desde 2019. El mal manejo de la pandemia. Falta de medicinas. Cancelación de obras a capricho. Imposición de candidatos, la corrupción y la inseguridad en general, son factores importantes que han demostrado una gran incapacidad para gobernar.

El hecho de perder la aprobación de los votantes, para una persona filoprimatosa, como lo es don presidente, no se puede tolerar. 

Le provocó que dijera todo tipo de vituperios e improperios contra la clase media. Ofende a un grupo numeroso de mexicanos, muchos de los que no votaron por él.

Una vez más le ganó el “hígado” a don presidente. Algo que es muy recurrente en su persona. Lo dejó en evidencia hace 21 años con aquél: “cállate chachalaca”.

¿Qué dijo en esta ocasión? Que la clase media mexicana es racista, egoísta y sin escrúpulos. Un verdadero dislate. Lo citaré textual: “la actual clase media es partidaria de salir adelante como sea, sin escrúpulos morales. Ello, porque el neoliberalismo trajo una concepción “muy individualista, muy egoísta, muy enfocada” orientada a progresar en el bienestar material sin importar el bienestar del alma”. 

Y agregó: “Me salvo yo, aunque mi prójimo se siga empobreciendo, porque yo soy mejor en lo académico incluso ya ascendí en la clase social, ya soy de otra clase inclusive, hasta me volví racista”, externó

Don presidente proyectó sus fobias, sus traumas y dolores de juventud. Quedaron plasmados en todo su esplendor. Se le olvidó la solidaridad que la clase media a mostrado siempre que se ha necesitado.

Que ha estado presente en dos terremotos, explosiones, inundaciones, en desgracias de todo tipo, siempre brindando ayuda.

La clase media mexicana no es como la ha descrito el primer mandatario. El que tiene una óptica equivocada de lo que es esta clase habita el país. 

Piensa y considera sólo a los pobres, a los más pobres, a los que menos tienen.  Y está bien. 

Pero no como para insultar al resto de la gente que se esfuerza, que se educa, que lucha con lo que tiene. Que no tiene la culpa de tener lo que tiene, porque lo ha logrado con sacrificio, estudio, preparación y más dedicación que otras personas.

De acuerdo al INEGI, el 42 por ciento de los hogares mexicanos forman parte de las clases medias y en ellos vive 47 y hasta el 50 por ciento de los habitantes de nuestro país. 

Son casi 63 millones de personas a las que don presidente se ha referido así. A quienes ha insultado en su rabieta de adolescente. 

Esto lo deben de haber entendido los asesores de don presidente y le han de haber sugerido que saliera a tratar de componer el dislate. De enmendar el grave error que ha cometido por no poder controlar su lengua.

Es por ello que ayer, don presidente Andrés Manuel López Obrador informó que se busca una nueva clase media más fraterna, humana y solidaria. 

“Que no se le dé la espalda al que sufre y además estén más conscientes y más politizados para que resistan campañas de manipulación, que no sean presa fácil de la manipulación que orquestan, que llevan a cabo los grupos de intereses creados; los que no quieren que haya cambio”, expresó.

Creo que, por tratar de enmendar el dislate, cometió un peor. Agrandó el daño.

Habla de una nueva clase media más fraterna, humana y solidaria. “Que no se le dé la espalda al que sufre y además estén más conscientes y más politizados para que resistan campañas de manipulación, que no sean presa fácil de la manipulación que orquestan”.

Sólo le hace falta decir: que no se dejen de nadie, más que de mí o de nosotros. Que crean a pie juntillas mis otros datos y que vean mis mañaneras para que sean debidamente adoctrinados.

Y es que la clase media que no votó por el proyecto de Morena en el país, es porque se han dado cuenta de que ese proyecto va en contra de todo lo que les han enseñado a sus hijos. Por lo que la clase media se esfuerza y trabaja. Por la superación de la familia.

No creen en tener carros austeros, sólo un par de zapatos y un traje, como dice don presidente. Quien vive en un palacio, anda en vehículos que valen millones de pesos. Y cuyos hijos pasan en invierno en Aspen, EUA, centro exclusivo de ricos fifís.

Todos los padres de familia, aún los pobres, queremos que nuestros hijos se preparen y tengan una mejor vida, en comparación con la que nosotros hemos vivido. Nada de malo hay de eso.

Pero por aspirar a ello, don presidente nos ha condenado de malos mexicanos, racistas, aspiracionistas, faltos de solidaridad y compasión. 

Seguro los hay, pero también existen esas características negativas entre los pobres y los muy pobres. Es inhumano no tener aspiraciones, es contra natura no pensar en superarse. Ir en contra del instinto de conservación y supervivencia. 

El que nos indica que debemos de superarnos para sobrevivir. Prepararnos, estudiar, lograr grados académicos superiores y aprender a cómo vencer las adversidades. Aunque sea de manera autodidacta.

No creo que de entre los seguidores del presidente y que son de clase media, se atrevieran a donar todo lo que tienen para darlo a los pobres. Aunque sí sé que habría algunos que lo harían. La historia de los grupos sectarios lo demuestra.

Los consejos y recomendaciones morales de don presidente son sólo eso y nada más. Consejos, comentarios y recomendaciones. Los que son como las llamadas a misa. 

Don presidente insultó a la clase media, don presidente recibirá el fruto de su acción. Ahí El Meollo del Asunto.

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