Daniel Valles.- La economía norteamericana depende de muchos productos que se ensamblan en México. Las plantas maquiladoras están en paro. Ergo, en EU se presenta una escasez de productos, la economía no se mueve, en México deben reabrir las plantas maquiladoras o armadoras de vehículos o del tipo que sean.
Con esto, cientos de miles de trabajadores mexicanos regresarían a trabajar. De hecho, lo están haciendo el día de hoy miércoles. A pesar de que el pico de la pandemia será esta semana. Eso no importa. Hay que producir.
Ese parece ser el mensaje que se está enviando. La producción por encima de todo, aún de la vida de los trabajadores que regresan. Los informes que me llegan desde Tijuana, de “buena fuente”, me indican que plantas que tienen cuatro o tres semanas en paro, estarían regresando hoy miércoles a las labores.
Les dicen que guardarían todas las medidas de seguridad, que se publicarán los protocolos que se deben seguir para un regreso seguro al trabajo. Eso es todo lo seguro que hay, pues no es garantía de nada. Se privilegia la producción sobre la vida, la que pasa a segundo plano y el bien mayor es la producción, no la vida.
Desde hace semanas se dice y se comenta, incluso aquí mismo lo dijimos, que el gobierno estadounidense presionaba al mexicano para que las plantas maquiladoras y de otro tipo cuya producción es requerida en Estados Unidos, regresarán a laborar.
El gobierno mexicano, por conducto del canciller Marcelo Ebrard, siempre lo ha negado. Sin embargo, las evidencias demuestran lo contrario. Tanto el presidente Trump como su contraparte mexicana, López Obrador, han hablado de reabrir sectores productivos, entre ellos, la industria automotriz.
En una nota aparecida en la revista Expansión, el 23 de abril pasado, se cita al presidente López: “Hay muchas partes de la industria automotriz y de otras industrias que están completamente interrelacionadas”, aclaró que el sector del automóvil emplea a un millón de trabajadores mexicanos.
También dijo que “existían cuestiones excepcionales reconocidas también por su homólogo estadounidense Donald Trump, como el campo. “Hay productores agrícolas de Estados Unidos que requieren de trabajadores mexicanos y así en muchos casos”.
Esto está sucediendo mientras la personalidad del momento en cuanto al combate y comunicación sobre la pandemia del Coronavirus en México, el doctor Hugo López-Gatell, informa que el pico de la pandemia es entre el día 4 y 6 de mayo. Ah no, espere, ya cambió. Ahora será el día 6 de mayo. O sea hoy (ayer).
Lo anterior que parece cómico, no lo es en lo absoluto. Tiene una gran implicación y drama. Miles de empleados de la industria maquiladora o no pararon sus actividades y fueron éstas reclasificadas como esenciales, o regresan a laborar el día de hoy 6 de mayo, el día del pico de los contagios anunciados por López-Gatell.
Así de cambiante ha sido todo lo que el gobierno mexicano ha estado comunicando desde el 28 de febrero, cuando iniciaron las conferencias del popular doctor. Lo que ya ha generado una corriente contraria al mismo, que crece día a día. Como la pandemia.
El 8 de abril el doctor López-Gatell explicó que con base en el modelo Centinela, en México se estimaban 26 mil casos de Covid-19, ocho veces mayor que los más de 3 mil casos que se habían diagnosticado hasta ese momento.
Se había iniciado ya la Fase 2, la de la llamada Sana Distancia y el modelo Centinela “le permitía reconocer cómo se comporta la epidemia en el país y cómo se tienen que tomar las decisiones de control y prevención”, pero de pronto, eso ya no sirve y ahora hay que cambiar de modelo.
La gran polémica sobre el cubre bocas ha sido otra de esas declaraciones cambiantes de López-Gatell. Que sí sirven, que si no sirven, que siempre hay que usarlos, que no porque se llenan de saliva y mocos, etc. Me da la impresión de que el doctor declara para quedar bien con su jefecito, que no usa cubre bocas porque dijo que no debía dar el mal ejemplo.
Qué cosas, qué declaraciones tan desatinadas. Contradecir a su “generalísmo” doctor López-Gatell. Ahora en la fase 3, el doctor dijo que: “El modelo Centinela no es el elemento principal en este momento para el objetivo de la fase 3, lo dijimos con antelación: Cuando entramos a fase 3, olvídense de la vigilancia Centinela, seguirá operando ahí en el fondo, pero ya no es procedente su uso como elemento principal de información para lo que interesa monitorear en la fase 3”.
Entonces, ¿cuál es el objetivo de esta fase doctor? ¿Reanudar las labores en la planta productiva del país para cumplir con las exigencias del gobierno norteamericano? Era la pregunta obligada que no le hicieron al doctor.
De la misma manera, desde la semana pasada hemos escuchado a “nuestro de nuevo, querido presidente”, expresar que: “la curva se aplanó. Que se ve la luz al final del túnel”, lo que confundió a medio México y a la oposición. Les hizo abrigar esperanzas, pero no, pronto se desanimaron cuando escucharon a López-Gatell decir lo mismo.
Entendieron se refería López, a la pandemia. La curva de la pandemia se aplanó, dice López-Gatell, y al ver la gráfica, todos vemos cómo sube y no se aplana la línea, pero el doctor dice que es plana.
La Secretaría de Salud ha modificado al menos tres veces la forma de contabilizar los casos de Covid-19, “el supuesto aplanamiento de la curva es realmente debatible”, indicó en entrevista con medios, Miguel Betancourt, presidente de la Sociedad Mexicana de Salud Pública.
¿Qué buscan pues los del gobierno? ¿Preparar el ambiente para regresar al trabajo en general? ¿Complacer a la petición del gobierno de Donald Trump? ¿Darán preferencia a la producción sobre la vida de los mexicanos?
Por lo pronto, el doctor Hugo López-Gatell, este jueves leerá poesía en un evento del Fondo de Cultura Económica. Ahí El Meollo del Asunto.
Correo:elmeollodelasunto@gmail.com