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Atavismo ideológico

El estatismo sobrevive saqueando; un país libre sobrevive por la producción. Ayn Rand, filósofa rusa

Cuauhtémoc Monreal Rocha.- Tácitamente, Claudia fue persona “non grata” en la toma de posesión de Trump, por lo que tuvo que designar a su fiel Secretario de Relaciones Exteriores, en su representación; ojalá algún día la doctora deje su atavismo ideológico, pues con la sombra del caudillo tiene para no ser ella misma la gobernante “del mejor país del mundo”.

Aunque… no hay mal que por bien no venga, pues cómo se hubiera visto la Doctora, sentada entre dos rufianes capitalistas: Bukele (de El Salvador) y Milei (de Argentina). ¡Ozú!, ni Dios lo quiera; todo debido a su ideología socialista, no obstante estar consciente de que el socialismo es sinónimo de esclavitud, porque se convierte en un gobierno autoritario, dictatorial, estatista.

Regresar al pasado, en nada le ayudará a la señora presidente, para llevar por el camino del progreso y la prosperidad a su país que le ha dado todo; su izquierdismo “huarachero” no la deja ver el futuro y las consecuencias para 130 millones 130 de mexicanos, no son nada halagüeñas, pues el seguir pronunciando las frases demagógicas de su padre político, le están dando una pésima imagen, al no dejarla ser.

Claudia, como gobernante, debe demostrarles a los ciudadanos que la llevaron al poder, que es una mujer creativa, que usará todos sus conocimientos académicos para hacer un buen gobierno; debe ser ella misma, creer en sí misma y si quiere de por vida, estar eternamente agradecida con su antecesor por haberla dejado en Palacio Nacional, que lo haga, pero que no arrastre al país a la desesperación, a la polarización, a la sima.

Hacer de su gobierno un gobierno estatista, le acarreará muchas consecuencias nada agradables y que el país entero pagará a un alto costo;  Ahí viene el coco Trump y pronto la llamará a la Casa Blanca y “velis nolis”, tendrá que ir a dialogar con el reelecto Donald y llevar en armonía y en sana paz el baile político que le tocará vivir en su sexenio, con tal de que obtenga beneficios y haga realidad que México, su patria, su nación, “el mejor país del mundo”, como ella ya lo calificó, recupere la dura senda del progreso y el prestigio que merece, dentro de la comunidad internacional.

De igual manera, Claudia, como gobernante, debe dialogar con la IP mexicana, debe abrirles las puertas fiscales, garantizándoles un auténtico Estado de Derecho, para que sus inversiones, debidamente reguladas conforme a la ley, también rindan beneficios para toda la indiada y no solo para unos cuantos; la doctora debe aceptar y entender que el Estado, el fetiche Estado, no es empresario porque no dispone de los recursos económicos suficientes para emprender grandes obras públicas y que solo es un ente que lo  único que tiene es el monopolio de la fuerza, que ojalá no la vaya usar, durante su sexenio, para reprimir a su propio pueblo.

Indicarle Claudia a los inversionistas, internos y externos, que estén dispuestos a colaborar con su gobierno, cómo y dónde deben invertir su dinero, no es lo correcto, así les manifieste que se trata de crear una prosperidad compartida, pues eso no deja de ser demagogia; una economía estatista, insistimos, solo llevará al país calificado como “El Cuerno de la Abundancia”, a una mayor pobreza, a continuar con un deficiente sistema de salud, con un deficiente sistema educativo y un deficiente sistema agrario, así continúen pregonando su populismo con la falsa promesa de que… “por el bien de todos primero los pobres” o aquello de que no debe haber “gobierno rico con pueblo pobre”.  

Si algún mexicano (a) cree en la austeridad republicana y en la pobreza franciscana, hará bien en leer lo siguiente: Oye, es viernes y no quiero olerte a alcohol. No te preocupes amor, nos vemos el lunes. Vale.