Sumisión o atrevimiento el del General. Se rajó el preciso
Dr. Fernando A. Herrera M.- La arremetida nacional contra Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, ha sido mayor que todos los ataques que haya recibido como eterno opositor, candidato y presidente; por supuesto, la razón es el acuerdo-decreto (al publicarse en el Diario Oficial de la Federación DOF), se entiende como decreto, emitido para que las obras emblema de su administración sean consideradas de Seguridad Nacional y se guarde en secreto todo lo relacionado con ellas; desde licitación, presupuesto, materiales y cuánto costaron.
El decreto permitiría el secreto por años para que los mexicanos podamos saber los detalles de esas obras, como el Tren Maya, el Aeropuerto Felipe Ángeles, el Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, etc.
Transcribo por su interés una parte de ese controvertido acuerdo-decreto: “sectores de comunicaciones, aduaneros, fronterizos, hidráulicos, hídrico, medio ambiente, turístico, salud, vías férreas, ferrocarriles, energéticos, puertos, aeropuertos y todas aquellas que se consideren estratégicas, quedarían blindados, es decir, la información sobre los proyectos será reservada”. Lo anterior ha sido publicado en el DOF.
El acuerdo-decreto de marras ha despertado las más duras críticas porque es una señal de corrupción y opacidad que no se entiende en un gobierno como el que dice presidir y con la transformación que dice pretender. Ese acuerdo y/o decreto echa por tierra su política bandera contra la corrupción y le pega a la transparencia de la que habla a diario en su mañanera, cuando dice que no hay nada que ocultar.
Entonces, toda la clase política, reporteros, editorialistas y escritores se han quedado atónitos ante tan descabellada y aberrante decisión que lo desdice de todo lo que ha dicho y prometido desde que fue candidato por primera vez. La libertad de manejo financiero que pretende acerca de las obras al protegerlas con el pretexto de que son de seguridad nacional es, por decir lo menos, arbitraria y contraria a todo lo que se ha creído que él representa o es como persona y político; por supuesto, también como presidente.
La única manera de tratar de anular ese decreto sería a través de una controversia constitucional. El grupo parlamentario del PAN dijo tener la decisión de interponer ese recurso ante la Suprema Corte. El Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (INAI) hará lo propio.
El decreto, además de proteger y dejar en secreto los asuntos relacionados con esas obras, obliga a las dependencias involucradas en la autorización de permisos y trámites que sean solicitados por los encargados de cada obra a resolver en cinco días y de no hacerlo se tomará como afirmativa ficta; es decir, se da por positiva la resolución que no salga en esos cinco días.
Podrán saltarse procesos necesarios para obtener el permiso para las obras que requieran de estudios científicos, ya que el plazo exigido por decreto es inferior a la de las necesidades de las dependencias oficiales; es decir, el gobierno se da un balazo en el pie al brincar a las dependencia que no sean capaces de hacer lo necesario en los 5 días, se entenderán por autorizados los trámites solicitados, sean procesos, normas o requisitos de planeación; por ejemplo, estudios de suelo y subsuelo, medio ambiente, etc.
Terquedades
Crescencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional, con grado de General de División, hizo lo que nadie se había atrevido jamás desde esa Secretaría: entrometerse en la política del país.
El cogobierno del presidente con los militares ahora les da la oportunidad de participar en política, pues no puede entenderse de otra forma lo dicho por el General Secretario, en el sentido del compromiso con la 4T al nivel del que tuvo el ejército en el tiempo de las anteriores transformaciones.
Sandoval se atrevió a decir, reitero, que el ejército mexicano actual está igual de comprometido con la 4T que el ejército trigarante que entró triunfante en la independencia, el que respaldó a Benito Juárez en la reforma y el que triunfó en la revolución con Venustiano Carranza. ¿Qué tal el General Secretario? Sólo falta que empiecen a ser, otra vez, diputados, senadores o gobernadores o, ¿por qué no?, suceder al presidente en 2024.
Por cierto, en México para el rajado no hay ley, pero qué mal se ve un presidente que presenta ante el Senado una propuesta de nombramiento, incluso presenta públicamente a la persona diciendo qué puesto ocupará y luego se raja y deja volando al exsecretario de Hacienda. No quiere decir que la nombrada sea mala decisión, sino hablar de lo rajado.