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Triste realidad

La dependencia maldita. La necesidad por encima de la vida. La autoridad rebasada.

Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- Los ciudadanos mexicanos estamos acostumbrándonos a que la paz, la tranquilidad y la armonía estén en manos ajenas a las autoridades. Acudimos a trabajar con seguridad y sin miedo cuando sabemos que la plaza está bajo control. Pero no estamos pensando en que tenemos excelentes gobiernos sino que gracias a Dios tenemos un buen jefe encargado de la plaza, que no arma escándanlos ni permite robos ni abusos de sus trabajadores contra la ciudadanía en general. 

Los mexicanos estamos felices cuando el jefe de la plaza se concreta a lo suyo y a que cada y cuando haya algún hecho violento por algún incumplimiento entre quienes se dedican a esos trabajos. El que no compra, ni vende, ni consume, ni se mete en lo que no le importa está feliz de que haya un jefe que controla la plaza con mano férrea.

Al igual que los ciudadanos, las autoridades pareciera, con sus excepciones, que también están cómodos cuando hay control de la plaza por un jefe que cuida la disciplina y mantiene la plaza fría.

Otro tema es que si ellos quieren parte de las ganancias, como autoridades, tendrán que involucrarse y obedecer. Se dice que lo chueco se trabaja derecho y eso es lo que tienen que hacer los que se dedican a esos negocios. Quien no respeta los acuerdos paga muy caro su deslealtad.

En cambio, entre nosotros los ciudadanos, para el rajado no hay ley. Todos los acuerdos tienen que hacerse ante notario o por medio de abogados para protegerte de las trampas, mientras las autoridades -lejos de ayudar- se cargan hacia el lado que más ofrece porque esa es la señal que debe dar el que quiere ganar.

En cambio, en los otros negocios, van y te cobran, sin abogado, sin notario y sin pedir permiso. Estaba hablado, dirían en la serie de televisión.

Parece una historia normal, y lo es, porque en los pasados días en que nuestro presidente AMLO se reunió con el presidente Biden de EU y Trudeau, primer ministro de Canadá, se dijo que de cada 10 cargamentos de droga se decomisa uno. Eso mi abuela Simona diría: “es pa’taparle el ojo al macho”. La vida transcurre tranquila, todos contentos y felices, ciudadanos y autoridades, mientras contemos con los jefes buenos que mantienen la plaza fría como una Heineken cero.

Los tres presidentes escucharon eso de que de cada 10 se decomisa 1 y que han muerto más de cien mil personas en EU por sobredosis, luego sonrieron, se pusieron de pie, se dieron la mano y dijeron lo mismo que se ha dicho en los últimos 30 años: “necesitamos un enfoque integral y coordinado” ¡¡¡Bravo!!! ¡¡¡Seguimos avanzando!!!

Terquedades

El narcomenudeo es libre en México, las autoridades saben quién vende al menudeo en cada esquina, saben dónde hay picaderos, dónde se vende cada tipo de droga y no se entrometen porque no quieren que esos drogadictos, cuando les falte la droga, se pongan locos y les den trabajo, tampoco se entrometen cuando ayudan y tienen compromiso, tampoco se meten cuando entienden que su salud depende de no meterse en lo que no les importa.

En EU colapsaría el sistema de salud si no dejaran pasar la droga. Son demasiados dependientes para que el gobierno se haga cargo, así que es mejor tomar acuerdos o voltear para otro lado.

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