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Solo fue una mañanera diferente

Daniel Valles.- Fue imposible no estar inmerso en el “efecto” de lo que antes se llamaba Informe, cuando el presidente de la república informaba a la nación el estado que ésta guardaría. Ayer, fue solo una mañanera diferente.

A pesar de todo, insisto, para quienes nos dedicamos a la labor de informar o de comentar los acontecimientos nacionales, no nos fue posible no estar al tanto de comentarios, noticias, notas informativas que el evento provocó.

Que si se acabó el “besamanos”. Que ya no es el día del presidente. Que hay cambio. Que es mejor. El informe fue solo una mañanera con la única diferencia de quienes se sientan enfrente y el lugar donde estuvo el presidente.

La cosa es que se habló del tipo de mensaje o informe que presentó el presidente, pero se habló más de las frases emitidas por el presidente, que por los logros que haya obtenido durante su régimen.

Y es que de lo primero hay mucho y de lo segundo nada, o casi nada. El inicio del mensaje ha sido de lo más comentado. No lo único, sino de lo más comentado, porque toca una fibra muy sensible. La Moral. El moralizar.

El presidente dijo: “Fui de los primeros en sostener que el principal problema de México era la corrupción y ahora no tengo la menor duda. La peste de la corrupción originó la crisis de México. Por eso, me he propuesto erradicarla por completo y estoy convencido de que, en estos tiempos, más que en otros, transformar es moralizar”.

Como le comenté ayer, el presidente se equivoca y ahora no solo de nuevo, sino doble. Primero porque la corrupción no se puede erradicar, sino solo controlar. Segundo porque se moraliza para transformar y no como se lo escribieron en su discurso al presidente. Quien lo hace, no tiene idea de lo que es la Moral, ni los tipos y grados que de la Moral existen.

Sobre el tema diré solamente que existen dos tipos fundamentales de los que se desprenden otros varios tipos y grados de moral.

El primero se reduce a fórmulas impersonales perfectas. Las que se presentan en obligaciones simples, puras. Son del tipo compulsatorias, es decir, mandatarias. Las que irradian y expanden su efecto que ha de ser absorbido para que sean trascendentales.

El segundo es el más puro. El que, para ser plenamente, debe ser encarnado en una persona que se torna en ejemplo. Del que se carece por completo a nivel de la presidencia de la república. Ergo, para transformar, primero se tienen que ejercer la moral para que sea un ejemplo a seguir por otros y se dé la transformación. Pero no como lo presentó nuestro ya no tan querido presidente. Transformar es moralizar.

Dejaré el punto ahí para volver en otra ocasión y expandir el concepto.

Una de las frases que más llamó la atención fue al referente al presidente del Poder Judicial y al Fiscal General de la República.

El presidente dijo: “Hemos cumplido nuestra promesa de impulsar la verdadera independencia de las instituciones de justicia. La Fiscalía General de la República y el Poder Judicial de la Federación actúan con absoluta autonomía y se acabó aquello de que todo lo ordenaba el presidente porque el Ejecutivo era el poder de los poderes.

“Miren cómo han cambiado las cosas. Invité al fiscal General de la República y al presidente de la Suprema Corte de Justicia y no pudieron asistir. En otros tiempos eso no pasaba, porque ellos tienen la arrogancia de sentirse libres. Este es el cambio, esta es la transformación”.

¿Fue un reclamo, un regaño o un acuerdo? Llamó la atención el uso del adjetivo. Porque ser arrogante significa ser altivo, altanero, jactancioso, prepotente, engreído. Es arrogante quien cree ser un experto en todos los temas, y que, en consecuencia, no tiene interés en escuchar otras opiniones. Una persona arrogante llega, incluso, a despreciar y ofender a las otras personas. La definición la encuentran en Wikipedia.

Pero si buscan otras, las encontrarán. Ninguna positiva. Todas son negativas. “La arrogancia es un defecto del carácter que consiste en ser altaneros, presuntuosos, prepotentes o soberbios.

Para la psicología, la arrogancia surge como consecuencia de la necesidad de alimentar o proteger un ego frágil. De este modo, funciona como un mecanismo de compensación en el cual la persona arrogante disfraza sus carencias de autoestima de superioridad”. Esta es de significados punto com.

¿Fue un reclamo, un regaño o un acuerdo? Sostuve lo último. Ayer en el programa de análisis político nacional en el que participo, sostuve la hipótesis de que era un acuerdo para que tanto el presidente de la Corte, como el fiscal general de la nación, no fueran abordados por la prensa con preguntas incómodas. ¿Cuáles?

El juicio a los expresidentes y los videos donde el hermano de nuestro ya no tan querido presidente aparece recibiendo millones de pesos en presuntos actos de corrupción. Lo que seguro se evitó.

La mesa de análisis estuvo dividida por el hecho. El que sí, en otros tiempos no hubiera habido duda alguna de lo que la mención significaría. Un reclamo, un regaño y hasta un despido seguro. Hoy no se puede saber. No se entiende. Sobre todo, por el uso de tal adjetivo.

De todo lo demás que dijo, es lo mismo que repite a diario en las mañaneras. Que la pandemia va mejor, que los empleos se recuperan porque se crearon 90 mil, aunque se perdieron más de un millón. Entonces 90 mil, cuentan, pero no como para presumir.

Por supuesto que habló de mejoras en salud, en el combate al crimen organizado. Sus números no coinciden con cifras oficiales o las posibles, como la de sembrar millones de árboles. Para que se cumplieran éstas, tendrían que estarse plantando un millón 200 mil arbolitos diariamente, lo que no se está haciendo ni remotamente. Y es que él, como siempre, tiene otros datos.

No dejó fuera al Tren Maya, el aeropuerto de Santa Lucía y Dos Bocas, la refinería, donde se gastan casi 100 mmdp anuales.

Y de la economía, bueno, fue tan contradictorio que citó a su gurú, Adam Smith. El gran filósofo y economista escritor de La Riqueza de las Naciones y del Tratado de Economía Moral. Que seguro es la base para lo que pretende el presidente.

Lo contradictorio de todo eso es que Smith es el Santo Patrono de lo que el presidente reniega y culpa de muchos males actuales: el neoliberalismo.

Así, el Meollo del Asunto.