Jorge Quintana Silveyra.- Hasta el año 2018 tres gobiernos federales acumularon más de trescientos mil millones de pesos, en un fondo estratégico para responder a situaciones de catástrofe o emergencias nacionales, se le llamó el Fondo de estabilización. Nadie se atrevió a tocar ese dinero, pues tenía una finalidad fundamental: para tiempos difíciles y emergencias.
Resulta que a partir de 2019, este recurso económico se fue gastando en obras suntuarias e inútiles, en pago de daños y perjuicios a quienes les cancelaron obra pública e inversiones, total de ese fondo solo queda el nombre.
Petróleos Mexicanos (PEMEX), perdió en solo un año, el 2021, más de cuatrocientos mil millones de pesos y sigue crítica su situación financiera; súmele a esto el proyecto de la refinería de Dos Bocas en Tabasco, el Tren Maya y el Aeropuerto de Santa Lucía y encontraremos obras de principal prioridad para el presidente de la Republica, mientras en Juárez ni cinco centavos para la conclusión de los hospitales, eso no es importante para el presidente.
Tampoco la urgencia de vacunar a toda la población, tampoco la tragedia del metro de la Ciudad de México, esto solo mereció una referencia de cinco minutos en la mañanera, dedicando más tiempo de su peroración a criticar a los medios de comunicación y periodistas que no comulgan con sus sueños y critican al gobierno federal.
Más tiempo ha dedicado a denostar y descalificar a los y las Magistrados del Tribunal Federal Electoral, a los integrantes del Consejo del INE y a todas las personas que no concuerdan con él, todos somos antidemocráticos y conservadores.
El presidente se ha erigido como el gran calificador de las personas y en el inquisidor ideológico, pretendiendo ser el juzgador de la nación y el salvador de la democracia.
Ahora, contraviniendo la ley, critica y señala a candidatos de otros partidos y se suma con descaro a la propaganda de su movimiento, que va en franco retroceso por la falta de congruencia y sobre todo, porque la 4T no se percibe, no hay una mejora del ambiente ni la política social, crece la pobreza crece la desigualdad, cree la violencia y disminuye la seguridad.
Si eso es la 4T, entonces estamos dirigiéndonos a pasos agigantados al fracaso económico y social de México. Es tiempo de valorar la importancia de entregar a nuestros hijos y nietos un futuro cierto, seguro y en paz.
Tomemos en cuenta que lo que no hagamos ahora, tendrá repercusiones en la vida de nuestros cariños más cercanos, en todas y todos, no malgastemos nuestro precioso tiempo y resolvamos en consecuencia lo que queremos para las nuevas generaciones.
La pandemia nos ha demostrado que si no hay capacidad para enfrentar los males, tampoco habrá capacidad para asegurar un futuro mejor. Algo nos empieza a recordar a Franco.