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La información como un buen común

Aída María Holguín Baeza.- En el marco del Día Mundial de la Libertad de Prensa, y con el fin de resaltar la importancia de valorar la información como un bien de todos, la UNESCO definió como tema para este 2021: La información como un bien común.

Sin duda alguna, dicha temática es oportuna porque ahora, más que nunca, es momento de reconocer que la información fiable, imparcial y accesible contribuye a fomentar las aspiraciones colectivas y al desarrollo humano, por lo tanto, debe ser asumida como un bien común con potencial de alcance universal.

Por supuesto que con solo reconocer tal premisa no es suficiente; lo que también se requiere es implementar y promover acciones orientadas a generar las condiciones necesarias que garanticen el pleno ejercicio de la libertad de opinión, la libertad de expresión y la libertad de información, en el entendido de que estas libertades son esenciales para para configurar y habilitar la información como un bien común.

Es quizás porque ese reconocimiento y esas condiciones no existen en muchos países, o al menos no de forma continua, adecuada y suficiente, que el exhorto específico que este año hace la UNESCO a sus Estados miembros, al gremio periodístico y a los medios de comunicación, es en el sentido de que, como parte del ecosistema de las comunicaciones, en el desempeño sus funciones debe prevalecer el interés público como valor y contribución fundamental a la realización de las aspiraciones colectivas y, por ende, de la humanidad.

Sobre el tema que ahora nos ocupa, es necesario señalar que, en el caso de México, la situación es particularmente complicada y preocupante porque, durante los últimos años, en lugar de avanzar en materia de acceso y uso de la información y de garantía de los derechos fundamentales ya mencionados, ha habido un significativo retroceso; lo cual implica que cada vez estamos más lejos de que la información sea considerada como un bien común esencial para el desarrollo social y humano.

Y es que, si se toma en cuenta que -de acuerdo con la UNESCO- es de primordial importancia diferenciar entre la información y otros tipos de contenidos de comunicación, como la desinformación, el discurso de odio, el entretenimiento y los datos (o los otros datos, en el caso de México), que el papel del periodismo es producir contenidos de noticias como información verificada en el interés público, que defender a los medios de comunicación de los atentados contra su independencia, y que mejorar las capacidades de alfabetización mediática e informacional de la sociedad son acciones imprescindibles para que la información se configure, se habilite y se defienda como un bien común, queda claro por qué cada vez estamos más lejos de lograrlo.

En esta ocasión, finalizo parafraseando lo dicho alguna vez por la filósofa y escritora francesa, Simone de Beauvoir: No nos engañemos, en México el poder no tolera más que las informaciones que le son útiles y niega el derecho de información a quienes revelan sus miserias, ruindades y falacias.

laecita@gmail.com

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