Inicio LA OTRA NORMALIDAD Se agotó la baraja

Se agotó la baraja

Jorge Quintana.- AMLO, evidentemente disgustado con la Canciller del Gobierno de Panamá, por la desaprobación del candidato del Gobierno Mexicano de su propuesta para la Embajada de México en ese país, Pedro Salmerón Sangines, arremete contra la Canciller y la señala como representante de la Santa Inquisición.

Pero no conforme con ello, cambia su estrategia y propone a la senadora suplente Jesusa Rodríguez para el puesto de embajadora. ¡Vaya desatino! De uno malo a otra peor, de sobra son conocidos sus ataques a todo lo que no coincida con la 4T y su afán de protagonismo en la defensa de temas muy discutibles y desafortunadas declaraciones sobre la política nacional.

Estamos entonces, ante la evidente carencia de perfiles de personas capaces para representarnos a los mexicanos en el exterior y, sobre todo, la carencia de AMLO, de amistades o personas de su confianza para los puestos que van quedando vacantes en el Gobierno Federal.

Sus más recientes designaciones, así como muchas hechas desde el principio de su Gobierno, demuestran su poca capacidad para designar funcionarios capaces y honestos.

A mitad del sexenio, con nulos resultados en el combate a la pobreza, misma que se acrecienta en lugar de disminuir, con un país en un ambiente de profunda inseguridad y con una economía a punto de entrar en recesión, lo que queda claro es que al presidente se le está agotando el tiempo para mostrar resultados positivos en la tarea de gobernar a México.

En su afán de trascender, solo confunde términos y en el colmo de la incapacidad y el servilismo, ahora la titular de la Secretaría de Educación federal quiere borrar de los libros de texto cualquier palabra que ella asocia con el neoliberalismo y los conservadores, sin ni siquiera conocer a fondo estas teorías.

Pobre México, tan lejos de la sensatez y el sentido común y tan cerca de la irresponsabilidad, la deshonestidad y el desprestigio.

La falta de rumbo, la evidente incapacidad para seguir el Plan de Desarrollo, los responsables de la administración del país se estancan en su mediocridad.

¿Hasta cuándo AMLO va a recapacitar y proceder en forma al menos sensata en la conducción de México? ¿Cuándo dejará de culpar a los anteriores de su fracaso? ¿Cuándo va a aceptar que era un excelente candidato para criticar y que es un presidente errático, sin rumbo y sin la menor idea de la forma de gobernar?

Empezó la cuenta regresiva y sus proyectos ambiciosos siguen dando razones para dejar en claro que son sueños faraónicos y profundos hoyos financieros en el presupuesto federal.

La fragilidad del Aeropuerto Felipe Ángeles, la interminable refinería de Dos Bocas, el imbricado proyecto del Tren Maya, son obras millonarias que serán elefantes blancos en el futuro cercano.

Estamos pues en los tiempos del populismo y la incapacidad, en los tiempos del derroche y la aparente austeridad, primero más pobres.

Queda demostrado que al presidente se le agotó la baraja de amigos para designar servidores, o mejor dicho, funcionarios.

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