SANTIAGO- Chile recuerda hoy a los 33 mineros que hace una década quedaron atrapados y sobrevivieron en la mina de San José, en el desierto de Atacama (norte), una historia que le dio la vuelta al mundo y que marcó un precedente en materia de seguridad minera a nivel internacional.
El actual ministro chileno de Minería, Baldo Prokurica, quien en ese entonces era senador por Atacama, recordó en entrevista que le tocó vivir “en directo” el accidente de estos 33 mineros.
“Estuve casi dos meses en el lugar. Conocí de cerca lo que ocurrió y lo que fue la primera parte, antes del día 17 (agosto 2010), cuando se supo que los mineros estaban vivos”, señaló Prokurica.
Los mineros, de entre 19 y 64 años, permanecieron 69 días atrapados a más de 600 metros bajo tierra, racionando comida y agua, para luego protagonizar el más exitoso rescate en la historia de la minería, con un impacto mediático desconocido hasta ese momento en el país sudamericano.
El ministro chileno rememoró el mensaje escrito y enviado a través de una sonda desde el fondo del yacimiento el 22 de agosto de 2010, en el que los mineros confirmaban que habían sobrevivido al accidente.
Los trabajos para sacarlos se intensificaron desde esa fecha, y tras dos semanas de perforación se concretó el rescate el 13 de octubre, el cual fue transmitido a todo el mundo por centenares de medios apostados en el improvisado “campamento esperanza”.
“Fue un accidente en virtud del cual se tomaron una serie de medidas en la minería chilena respecto de la seguridad y la fiscalización de los organismos, que tienen por objetivo determinar que se cumplan las normativas”, señaló Prokurica.
El ministro de Minería dio cuenta en ese sentido del aumento considerable en el número de fiscalizaciones a la pequeña, mediana y gran minería, al pasar de 2.586 en 2010 a 10.545 en 2019.
Respecto a las críticas surgidas entonces sobre las condiciones laborales de los mineros, sobre todo en faenas privadas, el funcionario comentó que lo que pasó fue una oportunidad para “entender que la minería es una actividad de riesgo”.
“Porque hay pocos accidentes, pero cuando hay un accidente es grave, como ocurrió en esa ocasión. Puede haber incluso pérdidas humanas”, dijo Prokurica.
Expresó que, desde entonces, los accidentes en el rubro han descendido un 75 por ciento, igual que las víctimas fatales, al pasar de 45 en 2010 a 14 en 2019.
“Esta es una cifra que no es fácil de conseguir (…) se ha hecho un esfuerzo muy importante que ha dado resultados, como que la minería se ha transformado en una de las actividades más seguras de Chile y, además de eso, comparable con países como Australia, Estados Unidos, que están a la vanguardia en materia de seguridad”, sostuvo.
Una parte clave fue la incorporación de tecnologías como la ciberseguridad y la automatización de tareas de fuerza y alto riesgo, que han permitido controlar a distancia la extracción de minerales, sobre todo de cobre, el principal producto de exportación del país, denominado popularmente como “el sueldo de Chile”.
“Hoy tenemos proyectos importantes como El Teniente, donde gran parte de la minería subterránea (…) gran parte de lo que se hace al interior de la mina, se hace a más de 120 kilómetros”, dijo el entrevistado.
“Lo mismo en el caso de algunas faenas de la gran minería de Codelco (Corporación Nacional del Cobre), que se maneja a 1.000 kilómetros de distancia, como es en (la mina) Ministro Hales, que tiene una sala de teletrabajo desde Santiago (la capital chilena)”, agregó el funcionario.
Dijo que estos avances también han sido aplicados en mineras de menor tamaño, “donde no hay espaldas, ni tecnología para hacerlo”. “A través de fondos estatales se ha incrementado la provisión de elementos de seguridad y programas de capacitación dirigidos a reforzar la verdadera cultura que el trabajador y el ejecutivo de la minería chilena tienen”, consideró Prokurica.
Destacó que el país sudamericano “es el más minero del mundo”, con una producción anual de 5,8 millones de toneladas de cobre y un aumento de alrededor de 400.000 toneladas en los últimos años, de acuerdo con cifras oficiales.
En el sector se han creado además 50.000 nuevos puestos de trabajo: “Estamos hablando de unos 225.000 trabajadores en total”.
Si bien hoy en día los 33 mineros rescatados se encuentran distanciados y varios aún sufren las secuelas físicas o psicológicas de lo sucedido, recuerdan con emoción la solidaridad y la amistad forjada bajo tierra, según contaron ellos mismos en una entrevista anterior. Recuerdan, asimismo, la incomparable preocupación de sus familiares y los equipos de rescate, “que nunca se rindieron, pese al peligro que significaba sacarnos a todos vivos de ahí”.
Xinhua