Somos unos de los cientos, sino miles, de estafados y robados por Expedia. Aunque nuestra historia no empieza con Expedia sino con Gotogate, con los que contratamos unos vuelos con fecha de retorno flexible pero que no han respondido a nuestra solicitud después de casi un mes de iniciar la petición de cambiar las fechas de nuestro retorno a casa. Nuestro retorno no se debe a otra cosa que al estallido del archiconocido Coronavirus o Covid-19.
Nosotros viajamos desde Cataluña para estar tres meses en México, antes de que el maldito virus hiciera acto de presencia incluso en Europa. No hace falta explicar la evolución del virus, pero su expansión por Europa nos hizo estar más atentos a las noticias. Hasta que desde el Ministerio de Exteriores de España, con la ministra a la cabeza, se exhortó a todos los españoles a retornar lo antes posible a casa.
Eso, más la preocupación de nuestras familias y amigos y la cantidad ingente de información y desinformación nos hicieron poner en marcha lo antes comentado, el ejercitar nuestro derecho a modificar las fechas de retorno a casa. Pero Gotogate no hizo más que mandarnos un mensaje automático diciéndonos que en unos días se pondrían en contacto con nosotros.
Eso fue el día 20 de marzo. El 25 recibimos un nuevo mail diciendo que debido al alto volumen de consultas tardarían más tiempo en responder a nuestra solicitud. A día de hoy, a mediados de abril, seguimos sin tener una respuesta de ellos a pesar de un sinfín de intentos de llamadas y comunicaciones vía e-mail.
Desde el Ministerio de Exteriores de España, con el cual también nos comunicamos, nos dijeron que no se estaba trabajando para repatriar españoles, a pesar de la petición de la ministra de volver a casa. Debíamos hacerlo por nuestros propios medios.
Y esto nos lleva a Expedia. Desesperados por la no respuesta de Gotogate, decidimos comprar otro vuelo para poder retornar a casa con esta agencia de viajes. En un momento de nervios y miedo por las presiones del Ministerio de Exteriores, la preocupación de familiares y amigos y de nuevo el volumen ingente de información y desinformación, entramos en la web de Expedia para comprar un vuelo.
Encontramos un vuelo “relativamente asequible” (nótese la ironía), prácticamente el mismo precio por el que compramos la ida y vuelta con Gotogate, e iniciamos el proceso de comprar. Oh, sorpresa, en el proceso de pago de la página, cuando te dice que no abandones la página, ésta se nos quedó colgada por más de 40 minutos sin respuesta. Y al volver a hacer el proceso, el precio del mismo vuelo se había duplicado. Repito, en unos minutos, el coste del vuelo se había duplicado.
Supongo que Expedia decidió hacer negocio con el sufrimiento, el miedo y la angustia de las personas, y encarecer los precios sin medida. Aun así, fruto de la desesperación, decidimos adquirirlo. Era muy caro, más del doble, casi el triple de lo que nos había costado la ida y vuelta con Gotogate, pero haciendo un gran esfuerzo económico por nuestra parte, ¿qué importa el dinero cuando se trata de salud?, seguimos adelante con el proceso de compra. Aún teníamos esperanza en que Gotogate nos contactara y Expedia indicaba que había posibilidad de cancelación con la compañía aérea por unos cuantos pesos, algo muy asumible. Por eso seguimos adelante.
Viendo en redes que mucha gente había sido engañada por Expedia, y sintiéndonos engañados nosotros también, al día siguiente decidimos cancelar el vuelo, apoyados por nuestras familias y amigos y por la Delegación de Catalunya en México, que nos recomendaban quedarnos en México pues la cosa estaba muy mal en España debido a la contingencia. Además de las noticias de que muchos pasajeros se estaban quedando en tierra por la cancelación de vuelos sin previo aviso y la negativa a dejarlos embarcar por ser “nacionales” de países vetados por terceros países por donde se debía pasar en las escalas.
Expedia tardó días en contestar, tras llamar a teléfonos de medio mundo, UK, USA, España, México e incluso Malasia y escribir a todos los e-mails de atención al cliente que pudimos encontrar por Internet. Curiosidad que nos respondieron desde atención al cliente de Brasil. Y nos dijo que no teníamos derecho a reembolso del dinero, solo a un vale por el importe en vuelos con la compañía que realizaba los vuelos, Iberia.
Hablamos con Iberia y estos nos dijeron que sí, que teníamos derecho a reembolso, pero gestionado a través de Expedia. Y así lo hicimos saber a Expedia, que reiteró que eso no era posible, solo ese “vale” de viaje por el importe del vuelo comprado. Nosotros no queríamos más que volver a casa, así que unos días después, y de la no respuesta de Expedia, volvimos a ponernos en contacto con Iberia, para intentar coger otro vuelo que nos llevara a casa.
Nuestra sorpresa es que Iberia nos dice que no tiene vuelos desde México hasta junio, pero nos reitera que tenemos derecho al reembolso del importe, aunque tenemos que gestionarlo a través de Expedia. Y Expedia no responde. A ninguno de los teléfonos ni a ninguno de nuestros reiterados e-mails.
Expedia nos ha robado nuestro dinero y la posibilidad de volver a casa. Estamos bloqueados en México cuando parece que la contingencia se recrudece en este lugar y se “amenaza” con la fase 3 que parece nos volvería a impedir viajar. Y aquí nos tenemos que hospedar y comer. Nadie se hará cargo de eso tampoco. Nos sentimos robados y engañados por Expedia y abandonados por Gotogate. Mucho nos tememos que no vamos a poder salir de aquí en meses.
Este texto quiere denunciar no solo nuestro caso concreto sino los cientos y miles de casos de gente honesta, trabajadora, que con el esfuerzo y el trabajo consiguen ahorrar algo de dinero para hacer un viaje y que confían sus sueños y anhelos a unas compañías a las que no les importa más que el dinero y abandonan a sus clientes en casos tan extremos como el que estamos viviendo con esta pandemia global.
Hoy día, domingo 12 de abril, tras ponernos de nuevo en contacto con la embajada española en México, recibimos como respuesta un, en resumidas cuentas: espabílense, y rápido, porque casi no hay vuelos comerciales y nosotros no vamos a hacer nada por ayudarles.
Gracias, gobierno, gracias, instituciones europeas, por el apoyo que dan a sus ciudadanos en esta situación. (nótese de nuevo el tono irónico).
Iban Mesa Sellés
Eulàlia Fernandez Portabella