Daniel Valles.-“A quién le dan pan que llore”, dice el dicho popular mexicano. Con esto se ilustra que nadie rechazará la ayuda que sin pedirla se le ofrezca. Seguramente que a todos nos han ofrecido un tipo de ayuda así. Que nos la hayan ofrecido de manera tangible.
Bueno, pues hoy sabemos que sí la hay, que al menos una persona en México llora cuando le ofrecen pan para saciar el hambre. Esa persona es el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Ayer, en su conferencia mañanera se refirió a la ayuda que el Consejo Mexicano de Negocios y el brazo financiero del Banco Interamericano de Desarrollo habían logrado para las pequeñas y medianas empresas mexicanas que están en riesgo de la quiebra por la cuarentena y la pandemia del Coronavirus que actualmente vivimos.
El Consejo manejará un fondo de 12 mil millones de dólares anuales para otorgar créditos a 30 mil empresas. La razón principal es que del total de empresas que hay en el país, se sabe que desde antes de la pandemia, solo el 23% de ellas obtiene un financiamiento de la banca comercial y requieren refaccionarse para seguir subsistiendo para el reinicio de actividades que hoy están suspendidas.
El acuerdo, señalaron, “busca mantener el funcionamiento adecuado de las cadenas de suministro y optimizar el capital de trabajo, ya que continuar con la actividad productiva y proteger los empleos es prioritario”.
Al ser anunciado el acuerdo, éste fue bien recibido por tres de los principales secretarios de la administración de la 4T. Es un plan para rescatar a las Mipymes, las que aportan el 42% del Producto Interno Bruto (PIB) y generan el 78% del empleo en el país, de acuerdo a datos del mismo Consejo. Sin embargo, solamente 23% obtiene financiamiento de la banca comercial.
Por ello, Marcelo Ebrard, canciller mexicano, dijo: “Felicitaciones, muy oportuna iniciativa para proteger nuestra planta productiva y el empleo”. Se ve que el canciller conoce lo que son el BID y el Consejo Mexicano de Negocios.
Por su parte, la Secretaría de Economía en un tuit anunció el acuerdo para brindar apoyo a las PYMES y lo mismo hizo la Secretaría de Hacienda, la que debe dar su respaldo “moral” al Consejo para poder haber obtenido el recurso del BID. Entonces necesariamente conoció el trámite de antemano. De otra forma no se hubiere dado
Ese apoyo “moral” es parte de un protocolo que existe desde hace muchos años y sin el cual el Consejo no puede operar. Todo bien hasta aquí.
Solo que llega el lunes, la mañanera y quien no conoce del tema, al saber que a las empresas les iban a dar pan, y no era su pan, no le gustó. Creyó que la ayuda se había pactado en lo “oscurito” y que les estaban sorprendiendo. Y en reacción dijo: “no me gustó el modito”.
Este comentario vertido a bote pronto demuestra toda la personalidad de nuestro “ya no tan querido presidente”. También sus claras preconcepciones, pero sobre todo, su gran desconocimiento de cómo funcionan estas instituciones y las implicaciones que tienen.
El presidente mal interpretó la ayuda que le ofrecieron a las empresas mexicanas, porque mal entiende las señales que observa y porque ignora cómo ha de moverse en esta “liga” en la que ahora juega. Pobre, no ha aprendido en los meses que tiene al frente del Ejecutivo. Sigue en la grilla y el “agandalle”.
“¿Cómo que se hace un acuerdo y que ahora Hacienda lo avale? ¿Que nosotros estamos aquí de floreros, de adornos?”, enfatizó. En esta declaración demostró lo anterior. No sabía que el aval de la Secretaría de Hacienda es tácito. De otra forma, el Consejo no puede operar en los términos que lo hace.
No sabe que los empresarios no están usando fondos públicos y que micro y medianos empresarios estarán en posibilidades de acceder hasta 90 mil pesos, contra facturas por cobrar, las que tiene en su haber.
Esta cantidad del préstamo les permitirá hacer frente al primer mes de reactivación y poder dar plazos a sus deudores, que también tendrán problemas para liquidar esas facturas. Podrán pagar los sueldos a los empleados que no han despedido. A los que han mantenido, sin tener ventas o actividad comercial.
No hubo prepotencia de parte de los integrantes del Consejo. El aval de Hacienda es un mero formulismo que debe cumplirse, pero el presidente lo ignoraba y más, notó que él no estaría en la repartición de la ayuda y eso, no lo puede permitir. Por lo mismo, él sí “lloró” cuando anunciaron que a las empresas les darían pan, o sea, ayuda.
Desde ayer, el presidente ha recibido todo tipo de recriminaciones por su dicho “del modito”, el que a los buenos entendedores, no solo no nos gustó, sino que en el modo, vemos la amenaza vedada asomarse. Si a eso le agregamos lo que sucede en la Cámara de Diputados con los cambios a la ley de presupuesto, tenemos mucho de qué estar inquietos.
Las empresas en cuestión sí necesitan ayuda. Requerirán más de los 25 mil pesos que el gobierno de la 4T les daría. Por lo mismo, lo logrado por el Consejo Mexicano de Negocios y el BID, es una ayuda muy buena y oportuna.
John F. Kennedy, en su discurso inaugural del 20 de enero de 1961, al referirse a quienes necesitan ayuda dijo:
“A aquellos pueblos de las chozas y aldeas de la mitad del mundo que luchan por romper los lazos de la miseria masiva, les prometemos nuestros mejores esfuerzos para ayudarlos a ayudarse a sí mismos, durante el periodo que sea necesario, no porque los comunistas lo estén haciendo, no porque buscamos sus votos, sino porque es correcto. Si una sociedad libre no puede ayudar a los muchos pobres, no puede salvar a los pocos que son ricos”.
Ahí, el Meollo del Asunto.