Inicio JUAN CARLOS LOERA Nuevo debate sobre la pobreza en México

Nuevo debate sobre la pobreza en México

Juan Carlos Loera.- En los días que corren el CONEVAL, que por ley está facultado para medir la pobreza en México, al publicar su informe 2022 sobre la evaluación de la política de desarrollo social, le ha dado nueva vida a las cifras que publicó en agosto de 2021 sobre la pobreza y la pobreza extrema en México.

En ese momento, cuando aún vivíamos la última fase de la pandemia, el CONEVAL difundió los resultados de lo que llama pobreza mutidimensional, asegurando que el número de pobres extremos se había incrementado en 2.1 millones y el de los que sólo eran “pobres moderados” en 1.7 millones, concluyendo, sin aclarar el contexto, que los volúmenes y la incidencia de la pobreza en México, habían aumentado.

Ello fue suficiente para que desde los cuarteles de propaganda conservadora se multiplicara el mensaje de que en tiempos de un gobierno que tenía como principal objetivo acabar con la pobreza, muy pronto se tenía evidencia de que estaba ocurriendo lo contrario: el gobierno de la 4T había fallado; la pobreza en México estaba creciendo y ello demostraba que sus políticas y programas sociales tenían efectos perversos sobre la pobreza y la desigualdad.

Pero lo extraño era que el CONEVAL, cuya función era   medir y, además, evaluar, con justeza, la política social guardó un silencio cómplice, dejó correr las voces que, una y otra vez, se solazaban mostrando los datos que revelaban la expansión de la pobreza.

Tratándose de un organismo público cuya misión principal es dar cuenta de las circunstancias y el contexto de la pobreza, mucha falta hizo que realizara una evaluación a fondo de esas cifras que todo revelaban, menos el fracaso de una política social que apenas empezaba a levantar el vuelo.

En efecto, las cifras aludidas, en realidad no medían ni siquiera el primer impacto de la política social de la Cuatro T y sí la secuela de 36 años de políticas neoliberales empeñadas en exprimir sin límite, a las clases asalariadas.

En realidad, esa medición de la pobreza estaba basada en los resultados de la Encuesta de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH-2020), levantada de agosto a noviembre de 2020, cuando el gobierno de presidente López Obrador apenas había cumplido un año y medio en el gobierno y aún menos de haber estabilizado su estrategia de desarrollo social. 

Sólo para dar un ejemplo de lo anterior debe tenerse en cuenta que durante 2020 la inversión en el Programa para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores fue de 129 mil millones de pesos, cuando en este año (2023) su monto se aproximará a los 292 mil millones de pesos, consiguiendo en tiempo récord la tan anhelada cobertura universal, que ningún programa social había alcanzado en toda la historia del gasto social en México.

Pero hay otro aspecto digno de tener en cuenta: cuando se levantó la encuesta de ingreso gasto, la pandemia estaba en su clímax y había causado un proceso de confinamiento social y económico nunca visto, de modo que la medición, que luego difundió el CONEVAL, estaba afectada por una recesión muy profunda, pero a la vez pasajera, que había elevado a máximos históricos el volumen de desempleados y personas incorporadas a la economía informal, con la consiguiente caída de sus ingresos.   

No se vivían tiempos normales y, sin embargo, la avalancha de críticas y comentarios malintencionados y peor sustentados sobre la evolución de la pobreza y la desigualdad, jamás hicieron referencia a estos hechos; pero tampoco lo hicieron al principio de que la evaluación integral de los impactos de las acciones públicas siempre debe tener en cuenta los efectos de la coyuntura social y económica.

Aunque tardíamente, el Secretario Ejecutivo del CONEVAL, José Nabor Cruz, en entrevista publicada en septiembre del año pasado, empezó a enmendar su plana afirmando textualmente que “…los programas sociales de los gobiernos federal, estatal y municipal, ayudaron a evitar que hubiera un mayor incremento en los niveles de pobreza”. 

En esa entrevista también reconoció que la acción con mayor incidencia en la reducción de la pobreza era “la política de incremento al salario mínimo” y anticipó que una medición más precisa de la pobreza se tendrá hasta que el CONEVAL publique la estimación 2023 de la pobreza multidimensional en México, basada en la Encuesta de Ingreso Gasto que el INEGI, recién ha levantado entre agosto y noviembre de 2023.

Aunque tarde, ahora tenemos claro que una medición más justa del impacto de los programas sociales la tendremos de manera oficial en el verano de este año y para mala suerte de quienes apuestan a que la nave se hunda, aunque sean pasajeros del mismo barco, todos los indicios apuntan a que tendremos indicadores que demostrarán, sin lugar a duda, los primeros impactos positivos de la política de bienestar de la 4T, orientada a mejorar la situación de los grupos, familias y personas más vulnerables de México.