Cuauhtémoc Monreal Rocha.- ¿Alguna vez en tu vida, amable lector(a) has tenido en tus manos una papa caliente? De seguro la aventaste a que se enfriara un poco y entonces ponerle mantequilla a placer.
Te lo pregunto porque los gringos nos acaban de regresar con Chava, algo parecido a una papa caliente; a cambio, según parece, de que el gobierno mexicano le entregue al gobierno norteamericano, un narcotraficante, cuyo nombre hasta ahorita, no se ha divulgado; o sea, un toma y daca.
Se estarán preguntado a qué Chava nos referimos; es el actor principal del sainete político-militar o militar-político, suscitado hace algunos días, con motivo de la detención en Los Ángeles, California, Estados Unidos, del que fuera en nuestro país, secretario de la Defensa Nacional, en el sexenio del Quique Peña Nieto.
Afortunadamente las autoridades gringas, vivo lo detuvieron y vivo nos lo regresaron y como hombre libre, el cual ya se encuentra en su respetable hogar, rodeado de su apreciable familia, quienes por varios días, pensamos nosotros, han de haber estado con el Jesús en la boca y razón no les faltaba, pues todo fue tan rápido y sabiendo cómo se las gastan los güeros cuando traen a alguien entre ojos o en la mira del rifle, no es para menos.
Por lo pronto Chava (exclusivamente para los compas), en México, no tiene cargo alguno, salvo opinión en contrario del iniciador de la 4T, pues si bien es cierto que el pato lo soltó, el ganso macuspano lo puede corretear por todo el Palacio Nacional y entonces sí, las cosas le pueden cambiar al divisionario, por el solo hecho de pertenecer a la mafia del poder, a quien odia con odio tabasqueño don Andrés.
En lo personal, creemos que este arroz o sainete político-militar, ya se coció y dentro de pocos días, cuando los medios informativos se hayan aplacado, de muy arriba llegará una orden o consigna más o menos “ansina”: Y colorín colorao, este cuento se ha acabao. Archívese el expediente como asunto total y definitivamente concluido. Vale.