Dr. Fernando A. Herrera M.- Los 383 cadáveres abandonados en un crematorio en Ciudad Juárez son prueba de negligencia criminal.
La cremación es una opción para disponer de los restos de un familiar que se confía a funerarias certificadas. La confianza de la sociedad se sustenta en los permisos que se expiden por la autoridad.
El procedimiento es caro por lo complejo y tardado de la incineración. Los restos se reciben en urnas que serán depositadas en nichos predispuestos.
La inevitable pregunta que surge, ante la negligencia criminal descubierta en Ciudad Juárez, es: ¿Los restos de mi familiar que cuido y visito, son reales o me han engañado?
Si un negocio ha sido capaz de esconder por meses 383 cadáveres ante la nariz del gobierno, ¿Cuántas pudieron hacerlo de a uno o dos o tres por cada día o semana?
¿Acaso no hay reglamento o ley que obligue a la autoridad a verificar que se cumpla con los deudos en algo tan delicado y significativo para una familia?
Lucrar con la dignidad de un cadáver y el dolor de los deudos es criminal, pero la autoridad responsable de supervisar ¿cómo debería responder ante los deudos burlados y ante su dolor por el ultraje cometido contra sus seres queridos que fallecieron?
Este asunto no es solo de identificar cuerpos y encerrar a los autores. Esta negligencia criminal conlleva que la autoridad responsable responda ante juzgados que impartan justicia para las personas fallecidas que tienen derechos y sus familiares burlados en lo más íntimo de su dolor.
La investigación debe incluir la potencial imputación penal a las autoridades que dejaron de hacer su trabajo.
Resarcir a los deudos y sus familiares fallecidos violentados en sus derechos es imposible. La disculpa pública del gobierno es indispensable, pero insuficiente. Estos crímenes son irreparables.
Sígueme en mis redes:
https://www.youtube.com/@Chihuahuaexpres
En Facebook Fer Herrera Sota, Caballo y Rey
En el portal informativo chihuahuaexpres.com.mx
O en X (Twitter) Fernandoherrera.me
