Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- En el proceso de llegar a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador concentró el poder, pero no en Morena sino en su propia persona y, por supuesto, al dejar el poder en octubre, aun sin cumplir su promesa de retiro total y pretender seguir moviendo mover los hilos del poder, creo que no podrá hacerlo.
Resultaría muy difícil controlar a Morena con un rufián como Mario Delgado al frente. Tampoco con los líderes de las cámaras que, obvio, buscarían estar más cerca de la presidencia, y mucho menos a través de Claudia, si acaso gana, quien sería, desde mi punto de vista, quien menos caso le haría.
Por otro lado, en 2021 hubo 23.5 millones de votos en contra de Morena, pero no hay que pensar que aquellos votos fueron a favor de los cuatro partidos opositores (PRI, PAN, PRD y MC), sino que esos votos fueron una manifestación social, creo yo, en contra del presidente.
En otras palabras, el hartazgo que lo hizo ganar será el mismo hartazgo que lo hará perder. A nadie le gusta el rumbo que lleva el país. Así que esa es la posibilidad de Xóchitl de ganar, quien deberá desprenderse de los partidos para poder convocar a una gran reforma del sistema político mexicano que incluya los gobiernos de coalición.
Ojalá y estas cosas no queden en especulación ni tampoco en una premonición.
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