Dr. Arturo Castro.- La migración política de los políticos está en todo su apogeo, terminó el tiempo de la ideología, de la declaración de principios y del respeto a los estatutos sobre la militancia de sus miembros, lo de hoy es todo como si fuera nada.
Todo como si fuera nada en base a que los partidos políticos y las personas cambian de opinión en un instante, sin privilegiar la forma y la lucha de perseguir ciertos ideales, la política en México se ha descompuesto y habrá que ver que sigue para controlarla.
Las últimas décadas pasaron, del Partido Revolucionario Institucional se fueron algunos políticos que fundaron sus propios partidos y con ello la descomposición de vivir del sistema sin aportar algo serio aunque fuese oportunista.
Los líderes de la mayoría de los partidos políticos pasaron por las filas del PRI, por su escisión en el Partido de la Revolución Democrática hasta llegar a miles de sus miembros y simpatizantes que se incorporan poco a poco o en su defecto masivamente.
Cada elección es diferente, muestra rasgos personales de los candidatos, preferencias electorales basadas en el entorno social y público que se vive, el elector vota o no vota por diversas razones, todas diferentes, esa no es la vergüenza, esta viene de los candidatos que eligen partidos ajenos y estos los aceptan por la carencia de valores con que viven.
Votar es la máxima expresión de la sociedad para vivir una plena democracia, ser votado es la oportunidad de llegar al corazón de la nómina oficial y así vivir holgadamente, ser botado también es una situación cuando se pide una oportunidad y se es rechazado.
La máxima elección de todos los tiempos en México será este 2021, es un proceso diferente, se elegirán personas en base a su perfil, se escogerán partidos en base a su historial, se castigara aquello mal hecho en el oficialismo y en la vida personal.
Decir nombres resulta insuficiente para entender el problema que se vive en la política mexicana, solo resultaría en un desahogo innecesario, la puesta en escena ha iniciado con traiciones y desventuras, con romances y coaliciones, para algunos partidos políticos, es su forma de subsistir una vez más.
El amiguismo siempre ha imperado, el respeto al género también, aun sin equidad, en 1979 se eligió a la Gobernadora de Colima Griselda Álvarez sin tanto ruido feminista, la realidad actual es difícil para que los líderes políticos hagan lo que quieran.
La rebelión de las bases en el Partido Acción Nacional permeo al resto de los protagonistas, la rebelión social impera en el encono y la discordia, en el rechazo y la venganza, México hoy vive como puede, sin dirección ni liderazgo real para un futuro mejor.
Robar y tirar el dinero gubernamental es lo mismo en el sentido de la corrupción, son dos verbos que laceran a la sociedad y que define el mejor deseo porque se termine en el corto plazo.
