Raúl Ruiz.- Entre las herramientas que despliego para mis asesorías políticas y de gestión de imagen pública, traigo fajada al cinto una peligrosa daga argumental que me ayuda a atraer clientela en el difícil arte de la política.
Es la chapa del contradiscurso, una estrategia utilizada para combatir el rollo de la falsedad, la falacia y la desinformación.
Pásele, pásele, que le traigo un bonche de contranarrativas para enfrentar el discurso de falsedades disfrazadas de verdades. Traigo el contraveneno para retener en su ponzoña el contenido dañino de los que se jactan de tener la verdad absoluta, los que pontifican y sorprenden a los incautos e ignorantes. Los que traen en sus alforjas, discursos de odio, desinformación o contenido extremista.
Mire, venga, acérquese, traigo lo que viene siendo, el anti rollo. Un linimento preparado con argumentos y narrativas que contrarrestan al discurso nocivo. Traigo la pócima que mejora la comunicación.
El remedio que usted andaba buscando, especialmente dirigido a aquellos que pueden ser influenciados por el contenido falso y engañoso. No se trata solo de refutar las ideas dañinas, sino también animar a otros a participar en el debate y expresar opiniones contrarias.
Venga, mire, pruebe, es una combinación de análisis crítico, creatividad y provocación al esgrima de las palabras para que suenen como son.
Le traigo un ejemplo. Una probadita. Vea usted, palpe, pulse y compre. Ahí le va…
Un hecho: Por décadas, los juarenses han sufrido el problema del tren atravesado en las inmediaciones del centro histórico. Accidentes, lesionados, pérdida de tiempo y otras calamidades. Nadie hizo nada.
Remedio: La gestión del alcalde, Cruz Pérez Cuéllar, consigue que Ferromex aporte 420 millones de pesos para la construcción de un puente elevado que dará fluidez al tráfico de vehículos y transeúntes.
La narrativa falaz: Solo por joder, el senador Juan Carlos Loera de la Rosa, dice: “La construcción de ese puente destruirá por completo nuestro centro histórico. Si el alcalde quisiera lo mejor para los juarenses, buscaría otras alternativas, como la de sacar las vías del centro y colocarlas en otro lugar.
En vista de que el alcalde se ha negado a discutir este tema, le he pedido al Senado de la República, en un punto de acuerdo, le exija que nos muestre el proyecto con un informe detallado sobre la decisión de construir el puente. Ah, y entregue permisos y justificación de la obra”.
Contradiscurso: El senador, Juan Carlos Loera, obsesionado en desprestigiar el trabajo de su némesis, en vez de abocarse a desempeñar su labor legislativa, pierde el tiempo en señalamientos nimios y pretende usar el tiempo de sus compañeros en el Senado para solventar un capricho de poder que lo exhibe como irascible y necio.
Si su interés fuera legítimo, como senador y presidente de la comisión parlamentaria de asuntos fronterizos del Senado, tiene el poder de gestionar los recursos que falten para darle mejor salida al problema de movilidad en Ciudad Juárez.
Pero no, todos sabemos que su objetivo es otro. Es el golpeteo político para restarle puntos a su adversario en la carrera rumbo a la candidatura de Morena para la gubernatura del estado de Chihuahua, y ser él el beneficiado; cuando ya desperdició su oportunidad y perdió ante la panista María Eugenia Campos Galván.
Es senador y en la burbuja legislativa solo es reconocido por el valor que guarda su voto para alcanzar la mayoría calificada.
Colofón: ¡Llévelo, llévelo! es el anti rollo argumental, bara, bara.
Y para los lastimados por esta peligrosa arma contradiscursiva, les traigo cataplasma para el ardor, pero de este emplasto hablaremos en otra ocasión.