Raúl Ruiz.- La invitación que hacen grupos empresariales, en bloque, a los partidos políticos, es un disimulado interés por conseguir curules, utilizando sus plataformas electorales.
A través de un comunicado sin fecha, incitan a los órganos políticos a construir una aparente oposición con…”peso, influencia y representatividad ciudadana” (sic)
En la que sean los perfiles ciudadanos (o sean ellos) quienes sean candidatos, pues suponen que sus LIDERAZGOS, tienen “reales posibilidades de triunfo en los comicios”. (Sic) Para ellos, esto significa, “una alternativa viable, con disposición al diálogo y los acuerdos”.
Para convencerlos de participar en esto, utilizan su tradicional discurso lapidario contra el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, e intentar con esto, tener un común denominador entre sí.
Calificar de ineficaz, desastrosa y nula la función del gobierno de la cuarta transformación, e insistir en encontrarle similitud con hegemonías dictatoriales, es expresarse al extremo.
Usar falsedades como hipérbole en su tradicional retórica, parece ser su único recurso contra la apabullante voluntad del pueblo. Expresiones como: “La corrupción aumenta en vez de disminuir. “Impunidad y falta de transparencia es lo que estamos viviendo”. “Concentración excesiva del poder”
Son frases huecas que buscan confluencia a como dé lugar.
Sabemos que tienen una falsa disposición al diálogo.
Y su idea de Consenso y Unidad es sólo para sus correligionarios, nunca para los que no comparten su ideario y su interés particular. Los partidos políticos en México han perdido credibilidad. Sin embargo aún no llegan al grado de entregar su posibilidad de allegarse al poder a través de la alianza con organismos que traen un choque ancestral de ideologías.
En su desesperación buscan alianzas, a veces insólitas, ciegos que no pueden ver el rechazo de su propia militancia.
Está claro que la política central del gobierno de Andrés Manuel es proporcionar bienestar a los mexicanos, pero principalmente a los más desprotegidos. Y que la lucha contra la corrupción es permanente.
Sugerimos que sean congruentes con su ideología y busquen a través de ella, similitudes con el gobierno de la cuarta transformación y no divergencias. Los liderazgos empresariales, hoy… son liderazgos débiles, incongruentes con la realidad. Perdidos.
En otro orden de ideas, no hay piso parejo en el PAN para la elección interna de candidato o candidata a la gubernatura.
Rocío Reza se recarga a favor de Madero. Aquí el chisme completo.
Ayer hubo una reunión de alcaldes panistas por zoom convocada por el presidente nacional Marko Cortez, en la que se pronuncian contra el presupuesto de la federación.
La alcaldesa de Chihuahua disertó a nombre de los alcaldes de Aguascalientes, León, Querétaro, Delicias, y otros más de la ANAC ‘Asociación Nacional de Alcaldes’; que en bloque, igual que los gobernadores separatistas que se dejan conducir por el gobernador Javier Corral Jurado, expresan que su gobierno es centralista y autoritario.
María Eugenia Campos Galván, solicitó a la Cámara de Diputados y Senadores, se haga una revisión exhaustiva del Presupuesto de Egresos del Gobierno Federal para el 2021, el cual tendrá, según dijo, un impacto negativo hacia los municipios.
En la reunión, los ediles convocados, mostraron su preocupación por las reducciones presupuestales a programas y fideicomisos, cuya repercusión será, dicen ellos, directamente perjudicial a los ciudadanos y no a los partidos políticos.
La edil chihuahuense, calificó el presupuesto propuesto por el gobierno federal como un retroceso.
El caso es que, Rocío Reza, en vez de darle vuelo a esta reunión, olímpicamente la dejó pasar y en su lugar, rápidamente convocó a una reunión similar entre legisladores chihuahuenses, donde hizo lucir a Gustavo Madero, y decidió ignorar la participación de Maru Campos, a pesar de haber sido la vocera en la reunión de la ANAC. Y precísamente designada por su líder nacional. Ughhhh.
