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Las mentiras de don presidente

Daniel Valles.- Pocas cosas en la vida molestan tanto a una persona que saber que le están mintiendo. Cuando se descubre la mentira, las reacciones de quien la sufrió pueden ser de diversas maneras, casi siempre un reclamo. O si no se reclama, se excluye a la persona que miente constantemente. Es una persona mitómana.

Seguramente, quien miente de esa forma, es una persona gravemente enferma. No es normal que todos los días, a todas horas que se está en público, se mienta. Y se haga con tal descaro que muestra así la gravedad del síndrome: La sociopatía.

A casi un tercio transcurrido de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, la cantidad de mentiras que a diario expresa en sus conferencias han llamado la atención, de no pocas organizaciones.

Es cierto, el mentir es una costumbre de la gente que son profesionales de la política. Ofrecen lo que saben que no pueden cumplir, pero aun así, lo prometen. La gente les cree, porque no los conoce, porque creen que sí pueden cumplir lo que prometen y ofrecen. Lo vemos en cada campaña política que nos toca ver y vivir. Y ya hemos visto muchas.

A un tercio del sexenio, ha sido presentado el reporte “El Valor de la Verdad”, en el cual se considera que don presidente recurre a medias verdades y datos no verificables para no abordar temas como la pandemia, rezago educativo, deserción escolar, militarización y energías limpias.

Advierte que, en sus más de dos años de Gobierno, López Obrador está a punto de duplicar las 23 mil mentiras que The Washington Post le contabilizó a Donald Trump, expresidente de Estados Unidos, en todo su mandato.

“Estos dos años del Gobierno de la autollamada 4T se han caracterizado por una pérdida del valor de la verdad, por el uso frecuente y sin recato de mentiras, medias verdades y datos no verificables sobre la situación del país”, sentencia.

Esto es muy grave. México y los mexicanos estamos aumentando el sentido de impunidad al mentir. No pasa nada.

Para llegar a superar la cifra del presidente Trump, debe decir al menos, 80 mentiras diariamente. Lo hace en sus mañaneras. Los datos que presenta no son verificables, sea lo que sea de lo que se trate. El informe presentará las evidencias de las mentiras de don presidente sobre la situación del país”.

La nota se publicó el jueves anterior en el periódico Reforma y la firman Alfredo Moreno y Antonio Bandera. Seguro que será material de comentario en el país y mañana, en los titulares de los diferentes medios que no están cooptados por don presidente.

¿Pero qué de malo tiene mentir? Todos lo sabemos. No podemos alegar que no sabemos los graves daños y las consecuencias que tiene el mentir, sea en la familia, la empresa, el gobierno, el comercio, la educación. Hay gente que miente con tal desfachatez, que espanta. La mentira es del demonio, dicen en las iglesias. Ha de ser por el daño que ocasiona.

Aristóteles, el gran filósofo griego, afirmaría que la mentira, no únicamente está en desacuerdo con la verdad, sino que con frecuencia discute con otras mentiras, que es lo que a diario le pasa a don presidente.

Tiene que rehacer todo lo que dice, porque no se acuerda de las mentiras y falsedades que dijo y después de dos años, es ya evidente que don presidente miente diariamente.

A Aristóteles, el filósofo griego y tutor de Alejandro El Grande, un día se le preguntó ¿qué ganaría con decir mentiras? Él dijo: lo único que ganaría sería que no se le crea cuando diga la verdad. ¿Por qué es grave? El engaño y la falsedad individual es la precursora del totalitarismo social.

El contraejemplo que don presidente envía a los funcionarios, cunde. Basta ver y escuchar a cualquiera de ellos. El Dr. Hugo López-Gatell nos ha mentido desde que inició la pandemia en el país con anuencia presidencial. El senador Ricardo Monreal, que dice que los datos del padrón bioquímico de usuarios de telefonía celular, será resguardado. La verdad, ni él se la cree. Y nosotros, tampoco.

El Rey Salomón, un gran gobernante dice: “Si un gobernante atiende la palabra mentirosa, todos sus servidores serán injustos”. Y es precisamente lo que vemos todas las mañaneras y en todo lo que don presidente hace y dice.

De hecho, en el exterior, tampoco le creen. Por lo mismo, la inversión extranjera no llega, ni llegará. Miente en el precio de la gasolina, la luz y se atribuye el ingreso de remesas, aunque cualquier estudiante de primer semestre de Economía sabe que el gobierno nada tiene que ver.

¿Por qué mienten tanto? Por la misma razón que la gente miente más que antes. Entre más miente la persona, más se adentra en la mentira. La que tiene siete escalones descendientes a siete diferentes niveles.

1.- Error o maldad.
2.- Auto – protección.
3.- Habituación.
4.- Auto – decepción.
5.- Racionalización.
6.- Técnica.
7.- Deber

No puede haber fidelidad sin la verdad. Cunde la corrupción. Entonces, no se puede transformar nada con nada. Y nada, es lo que son lo que don presidente llama “otros datos”.

(*) Daniel Valles es el Comisionado Internacional Anticorrupción de la OMPP

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