Inicio Perspectiva La Virgen de Guadalupe, creadora de una raza y una nación

La Virgen de Guadalupe, creadora de una raza y una nación

Marcos Barraza Urquidi.- En cierta ocasión platicaba con un antropólogo americano de origen mormón que criticaba nuestra superficialidad y afirmaba categóricamente:

-México y su raza de bronce fue construido por la Virgen de Guadalupe-.

-Bueno, de alguna manera es una parte importante de nuestra religión- le conteste.

-Veo que no conoces bien tu historia. Te la contaré.

-Después de la Conquista, los jerarcas de la Iglesia Católica solicitaron evangelizar a la Nueva España y los reyes les concedieron este permiso con la condición de que la iglesia en la Nueva España estuviera bajo la corona española. La Iglesia aceptó y empezaron a evangelizar, pero los indígenas eran muy religiosos y apegados a sus costumbres y no estaban dispuestos a aceptar una nueva religión. Habían pasado 10 años de la llegada de los frailes y muy pocos indígenas se habían convertido, los templos que habían construido eran ignorados por los indígenas.

Se aparece la virgen y se forman largas filas de indígenas para pedir ser bautizados, 8 millones de indígenas se convirtieron en 5 años. No hay antecedentes de algo semejante en algún país o en algún momento de la historia.

Los indígenas cultos al ver la imagen de la Virgen exclamaban “Tonatzín” “Xicxiuhayacachihuilii moyollotzin” que significa La madre de Dios nos dice: “pon a sonar tu gentil corazón como sonaja de jade”. Los frailes no entendían, pero gustosos los bautizaban, los indígenas veían en la Virgen de Guadalupe a Tonatzín, la madre del Dios Huitzilopochtli. El quinto sol y 300 culturas se unieron.

En 1948 un antropólogo se dio cuenta que la imagen de la virgen de Guadalupe era un códice azteca y hacía este análisis de la imagen.

La virgen aparece como una mujer joven que tiene sus manos juntas en posición orante, pero a diferencia de los santos, tiene su mirada hacia abajo y no hacia arriba, pero si se observa con detenimiento, las manos están combadas como si tuvieran algo dentro. El perfil de sus manos corresponde al símbolo de la sonaja, un instrumento que usaban en sus ritos para cantarle a sus dioses, una de sus rodillas aparece flexionada, los indígenas le bailaban a sus dioses doblando las rodillas.

Su vestido es demasiado grande, la realeza usaba vestidos largos que arrastraban a su paso, con esto mostraba su categoría de reina.

Cierra su vestido con un broche con una cruz anunciando que ya no se necesitan más sacrificios, que Cristo se sacrificó por todos nosotros.

Hay 46 estrellas. Puestas estas sobre mapas celestes tienen la posición de las constelaciones del día 12 de diciembre de 1531, fecha en que se cumplían 104 años, esto es, dos siglos aztecas de 52 años de la partida a la búsqueda de la ciudad sagrada.

El cinto de su vestido está muy alto, como si estuviera embarazada y las mujeres indígenas cuando estaban embarazadas usaban una cinta para anunciarlo a todo el mundo.

Abajo del cinto está el olin, el símbolo o carácter de Dios, igual que en el centro del calendario azteca.

Por 10 años la bandera de México fue la virgen de Guadalupe, que se cambió al águila devorando la serpiente. Pocos saben que el águila devorando la serpiente simboliza a Dios combatiendo el mal.

La virgen está parada sobre la luna, exactamente en el centro. En náhuatl, luna se dice metztli y co lugar luego la Virgen está parada en Metztlico o hispanizado Mechico, la virgen aparece parada sobre México.

Ampliando el iris de sus ojos se ven 4 personas, una de ellas hincada que puede ser Juan Diego 

En el vestido hay un símbolo que se repite 9 veces y parece una flor. Los estudiosos buscaron qué tipo de flor era esa, pero no la encontraron. Resultó ser la representación de una sonaja. Los 9 símbolos de la sonaja representan la música que le llevaban a sus dioses y que aún hoy los indígenas le llevan flores y música a la virgen.

En otros de los dibujos se puede apreciar el símbolo que se usa para representar un cerro al que se agrega su nombre, ahí aparece el cerro del Tepeyac y sobre ese símbolo caen pequeñas flores

Para entender los demás símbolos es necesario ir al código mendocino. Hay que recordar que los templos tenían un códice o libro sagrado, algo equivalente a la Biblia. Este código tiene 100 páginas con ilustraciones y códigos

En la primera página aparece un águila en el centro sobre un nopal y este sobre una piedra, piedra se dice en náhuatl tetl, nopal nochtli y tlan lugar que unidos representa la ciudad sagrada o la gran Tenochtitlan. El águila simboliza el mensajero de Dios porque volaba más allá de las nubes cerca de Dios y la serpiente lo rastrero o maligno, de ahí que cuando vieron a un águila devorando una serpiente en un nopal supieron que habían llegado a la ciudad sagrada donde debían establecerse.

Ahí fundaron la ciudad sagrada de donde partían todos los caminos. Había uno en especial que partía al norte hacia el cerro de la nariz o tepetl ayacac, pronunciado Tepeyac, donde erigieron un templo a Tonantzín, la madre de Dios.

Cuenta la leyenda que ahí, una india iba a bailarle a los dioses todos los días y uno de esos días al estar bailando una hermosa pluma empezó a descender sobre ella. Tonatzín la tomó y la guardó en su pecho; la pluma bajó a su vientre y la embarazó. De ahí nació el dios huchilopotzi, el quinto sol, igual que la Virgen se embarazó sin mediar un hombre, sino un Dios.

En este cerro es donde se aparece la Virgen de Guadalupe el 12 de diciembre de 1531. Guadalupe y los hechos son registrados en un libro en náhuatl llamado Nican Mopohua, que quiere decir “aquí se cuenta”, escrito por Don Antonio Valeriano, un indio muy culto que hablaba español, latín y griego.

De tal forma que la aparición de la virgen no es una leyenda que pasa de boca a boca sino un registro histórico en el tiempo en que se realizó la aparición y escucha la historia directa de los protagonistas.

El verdadero milagro de la Virgen se descubre cuando caemos en cuenta de lo siguiente: Antes del 1531, cuando un país invadía a otro país, lo esclavizaba o lo exterminaba. La grandeza de la obra de la Virgen es que logró fusionar dos razas en una sola evitando un guerra larga y dolorosa lucha de cientos o miles de años. El vencedor, lejos de esclavizarlos o exterminarlos, los educa y construye una nueva raza y un nuevo país: “Metztlico” o México.