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La soledad de un presidente

Dr. Arturo Castro.- El sentido común nos da cuenta de que algo anda mal en México, a veces sentimos que nos quemamos y no vemos el fuego, la política nos ha dado una mala jugada, ese hombre que buscó la presidencia como obsesión tres veces, resultó ser un fiasco, entendemos que es la democracia, pero no aprendemos la lección.

Se tiene una política de caprichos, de un solo hombre que cree que todo lo que piensa es lo que quiere el país, es un evangelista iluminado que cree que la sociedad lo apoya, sin saber que ganó por un voto de castigo y no de simpatía.

El triunfo del presidente no ocurrió en un sistema democrático, se vio reflejado el hastío popular por los gobiernos ineficientes que ha tenido el país; el anterior era el más malo de la historia, pero ya quedó mostrado que este es mucho más malo de lo que ha tenido este México sufrido.

Mitómano es aquel que cree lo que piensa de manera superior. La serie de Netflix “House of cards”, le queda chica, ésta se desarrolla en el gobierno de los Estados Unidos, demostrando una lucha por el poder político a base de trampas y mentiras.

Se muestra cómo se gana sin importar las consecuencias, a favor o en contra de los mismos protagonistas. López Obrador en cada mañanera se ríe de sus adversarios, cree aquel famoso pensamiento de Luis XVI: El Estado soy yo.

Da pena escribir sobre lo mismo, pero resulta necesario para intentar despertar conciencias, aun en aquellos que aman la ineficacia administrativa con la que se conduce el gobierno, el pueblo sabio reconoce que las políticas públicas están dedicadas a la gente pobre para hacerla más pobre.

Regalar por regalar dinero a jóvenes y viejos, sin merecimientos, hace que el pueblo de López Obrador sea un pueblo haragán, se fomente la pobreza y el desgano por salir adelante, la vida es difícil y no se aprende a cómo afrontarla porque está llena de falsas esperanzas.

Este político que trabaja de presidente de un gran país, no conocía sobre la existencia del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación -CONAPRED-, no tiene porqué conocerlo porque de los dos millones de burócratas habrá hasta oficinas fantasmas desconocidas.

La burocracia es un monstruo, hay oficinas para cada cosa, por ello existe un gabinete que representa un empoderamiento por posición, esto es desde el Secretario de Estado hasta el último oficinista de la Sierra Madre Occidental.

El presidente López Obrador es un político solitario, no se ve que haga algo aparte de sus conferencias mañaneras y de sus eventos en giras que le llama de trabajo, ya que cuando pasa a La Chingada en Chiapas, se queda a dormir varios días alejado del mundo cruel que representa.

Es un político solitario porque el único que habla del gobierno federal es él y a quien en su momento le da la palabra; presumen que México tiene un lugar en el Consejo de Seguridad de la ONU, cuando el país está en un nivel de inseguridad insuperable.

Se presume como conquista de política exterior, cuando la interior está destruida. Se comprueba día a día que la libertad ciudadana está en el imaginario, los errores son los mismos a pesar de las décadas transcurridas, el destino de México es igual sexenio tras sexenio.

La soledad es una gran compañía para este tipo de políticos que la sociedad no merece, tienen su propia verdad y sus propios datos, el éxito viene del engaño popular, si hay un respaldo a través de la nómina sus funcionarios le creen, si hay un discurso de esperanza, claro que el pueblo le cree.

El gobierno es una forma de religión, al que se le cree lo que dice por sobre todas las cosas, lo extraño es que la esposa del presidente es intelectual y este tipo de profesionistas no cree en religión alguna, menos en gobiernos donde la corrupción no es opcional sino una regla.

Porque la corrupción no solamente es robar, también es gobernar sin eficacia, sin eficiencia a favor de una sociedad cuya fortaleza se mantiene firme. Los hechos sirven para explicar el país que tenemos, no se trata de especular sino de describir la situación existente.

La sociedad mexicana se olvida de lo que es realmente importante, cree que necesita que le digan que es feliz. Vive en una competencia en la que nadie gana, porque cada mexicano es diferente y en forma única responde a aquellas creencias erróneas.

Gustavo Madero, el senador panista, dice que está hasta la madre de los abusos de poder del presidente; no comparto su vida pública en política pero sí su opinión sobre lo anterior, los mexicanos necesitan hablar otra vez en las urnas y como los partidos políticos están en desgracia, seguramente un independiente habrá de gobernar esta nación.

Siempre me es difícil hablar de este gobierno que impone lo que siempre se ha tenido, que dice que somos la tierra prometida, ¡qué difícil hablar de lo que no existe, de las imágenes violentas, de los proyectos interrumpidos, de las propuestas infantiles de portar una estampa religiosa para alejar los malos demonios!

La sensación de la realidad produce un desgano, pero existe la fuerza y la posibilidad de creer una vez más en otro alguien por venir.