Daniel Valles.- Tenemos cinco meses hablando de una pandemia que no parece tener un final. Se dice que se prolongaría hasta que no se tenga una vacuna y se pruebe, iremos saliendo poco a poco. Tomará mucho tiempo vacunar a la gente.
Lo que quiere decir que la pandemia está aquí para quedarse el resto del año y el siguiente también y para siempre. Entonces, debemos tomar todas las precauciones para hacer la vida diaria y seguir con ella.
Ya nada será como antes. Eso es una realidad. Por eso mismo mi entrega de este día pretendo que sea de otro tema. No obstante, no he podido dejar de mencionar el virus y la pandemia.
El tema que presento tiene que ver con la legalización de las drogas, el que no es nuevo en el país. Ya el presidente Lázaro Cárdenas, en 1940, lo intentó con éxito y no sin crítica de otras naciones. La marihuana, la amapola y otras drogas fueron legales en México por un breve periodo de seis meses en el año 1940.
Con la llegada del nuevo régimen en 2018, el tema tomó vigencia. Se tiene la certeza de que, en un breve lapso de tiempo, la legislatura de mayoría morenista use la fuerza que esto le representa y al menos la marihuana quede legalizada para su uso no solo médico, sino también para consumo recreativo y uso lúdico, como gustan decir para disfrazar el consumo.
Durante la campaña por la Presidencia de la República en 2018, el tema se presentó dentro de las ofertas del candidato López Obrador y fue el equipo de transición el que sí, llevó el tema a las mesas de negociación para buscar “pagar” a los grupos que le dieron el voto a Morena, a cambio de que se legalizara al menos, la marihuana. Esta es mi hipótesis.
El discurso de quienes pretenden esta legalización por parte de las autoridades siempre es el mismo: Desmantelar el poder económico de los cárteles de las drogas y apaciguar la violencia relacionada con el tráfico de drogas. Lo que es bien relativo y lejos de toda realidad. ¿Por qué?
La gente cree que los cárteles se dedican solo al negocio de las drogas. Difícilmente piensan lo extenso que es el negocio que se denomina crimen organizado.
No lo sé a ciencia cierta, pero creo que esto se debe a que ven muchas series americanas donde denominan a éste, el crimen organizado, como una “asociación” de delincuentes que matan, extorsionan y venden drogas. Pero nada más. La realidad es muy diferente.
El crimen organizado se dedica a muchos tipos de “negocios”, los que les dejan miles de millones de dólares más que la venta de marihuana. Algunos de ellos son tan inverosímiles que es muy difícil que alguien piense que puedan ser las mismas organizaciones las que tienen el control de estos “otros” negocios.
Por otro lado, cuando los gobiernos de los países como el nuestro hablan de legalizar las drogas, especialmente la marihuana, lo hacen para tratar de convencer a la sociedad de que le harán un bien y que desmantelarán a las organizaciones culpables de toda la violencia y de toda la inseguridad que prevalece en las calles de todas nuestras ciudades.
Que el gobierno, encargado de procurar que no existan de esa forma, finalmente triunfarán ante un problema que hasta el momento no puede controlar. Entonces, o son incapaces o son parte de la misma organización criminal.
La legalización de la marihuana no le quitaría el poder económico que tiene el crimen organizado. Asegurar que lo harán con tal legalización es una premisa falsa de toda falsedad. Lo que dicen es o porque no saben lo que dicen o porque quieren verle la cara de idiota a la gente. ¿Por qué lo digo? Por lo siguiente.
De acuerdo a una publicación que se encuentra en el portal havocscope.com, titulada “Black Marquet” o Mercado Negro, se presentan los montos en dinero de lo que las diferentes actividades criminales le reportan al crimen organizado.
Si usted es de los que creen que la venta de marihuana o algún tipo de droga ilegal es la principal fuente de ingresos de estos grupos, pues como yo y mucha gente en el mundo, está equivocada.
Las principales fuentes de ingresos para el crimen organizado están en el tráfico y venta de:
• Medicamentos falsificados $ 200 mmdd (Todo en miles de millones de dólares)
• Prostitución $ 186 mil millones.
• Electrónica falsificada $ 169 mil millones.
• Marihuana $ 141.80 mil millones.
• Apuestas ilegales $ 140 mil millones.
• Cocaína $ 85 mil millones.
• Abuso de medicamentos recetados $ 72.5 mil millones.
• Heroína $ 68 mil millones.
• Piratería de software $ 63 mil millones.
• Contrabando de cigarrillos $ 50 mil millones.
• Alimentos falsificados $ 49 mil millones.
• Piezas de automóvil falsificadas $ 45 mil millones
• Robo de petróleo $ 37.23 mil millones
• Tráfico de personas $ 35 mil millones
• Juguetes falsificados $ 34 mil millones
• Trata de personas $ 32 mil millones
La lista es larga, muy larga, le puedo seguir. Aquí unos rubros más:
• Tala ilegal $ 30 mil millones
• Metanfetamina $ 28.25 mil millones
• Pesca ilegal $ 23.50 mil millones
• Comercio ilegal de vida silvestre $ 19 mil millones
• Éxtasis $ 16.07 mil millones
• Piratería musical $ 12.15 mil millones
• Zapatos falsos $ 12 mil millones
• Ropa falsificada $ 12 mil millones
La lista sigue. La dejaré aquí.
Amigos y amigas que leen, el crimen organizado le lleva años de ventaja a los gobiernos como el nuestro. Uno que sobrevive por y convive con la corrupción casi como una institución parte del gobierno, de la empresa, de las instituciones, de la sociedad en general. Es parte de la cultura.
Terminar o controlar la violencia en las calles y la inseguridad no es tan sencillo como pretenden hacernos creer algunos legisladores y autoridades que en su estolidez sostienen que con legalizar la marihuana se van a detener la violencia y el crimen. Su estolidez es gigantesca.
Hemos aprendido a vivir con la corrupción entre nosotros. De la misma forma deberemos aprender a vivir con el coronavirus, el que está aquí, entre nosotros. Como la violencia, las drogas, el crimen. Es parte ya de nuestra vida. Es patético, pero es la realidad.
Para que esto cambie, la sociedad tendría que aprender a vivir de diferente manera, a hablar de diferente forma y con otro mensaje como con el que ahora hace y comunica. Piden legalizar la marihuana, mañana pedirán legalizar cualquiera de las otras formas en las que el crimen organizado trabaja.
El alma de la sociedad es inherente al lenguaje que habla. Por eso se legaliza lo que se ha legalizado antes y pide lo que se legalizará mañana. Porque ahí está y así es: El Meollo del Asunto.