Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- Es una verdadera tragedia la que viven los hermanos de Guerrero, particularmente en Acapulco y otras ciudades y entidades federativas afectadas por el huracán Otis.
La devastación es de tal magnitud que nuestro presidente debe estarse preguntando: ¿dónde demonios dejé el Fonden? y revolviendo papeles para ver si encuentra algo de aquellos fondos destinados a los desastres naturales.
La naturaleza no avisa, ni la realidad pregunta. Hoy, ante los hechos, se ha de jalar los pelos por la irresponsabilidad al mal administrar los fondos que la sociedad le entregó.
Ayer fue el fondo de enfermedades catastróficas para los niños con cáncer y la gente con ese tipo de enfermedades murió entre los que se llevó la pandemia.
Hoy los mexicanos podemos darnos cuenta de que solo esos dos fondos, además de todos los más gastados y tirados a la basura, nos hacen más falta que nunca.
Chihuahua ha tenido la oportunidad de ser punta de lanza ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para cambiar medidas cautelares a 3,400 presos de los 9,400 que hay en el estado. Solo la indolencia y la cerrazón de la justicia y su presidenta permiten esos crímenes de lesa humanidad. Entre ellos César Duarte.
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