Daniel Valles.- La pobreza es algo de lo que se habla todos los días. No importa el medio. Todos nos enteramos de lo que sucede con la población económicamente no activa, la PNEA. Se calcula que en México ha crecido debido a la pandemia.
Según un estudio de BBVA Research, si el PIB se contrae en -7% este año, se estima que 12 millones de mexicanos pasarán a ser pobres por ingresos. Esto es, 12 millones más a los existentes que son como 50 millones de personas.
¿Cómo estás y dónde estás tú que lees? ¿Tú al igual que yo tenemos seis meses viviendo una pandemia que aniquila todo a su paso? Es como si fuera “Marabunta”, la plaga de langostas que devora todo a su paso.
¿Tienes trabajo? ¿Eres asalariado? ¿Trabajas en casa? Eres de los “bendecidos”. Eres de las personas que pueden estar sin pendientes económicos. Una persona bendecida, porque hay millones que se han quedado sin empleo. Otros están dentro de la economía informal que sufrió un desplome brutal. ¿El motivo? La pandemia originada por el Covid.
México tiene muchos muertos y muchos más infectados. Dicen las autoridades que han bajado los contagios. Sí, pero también dijeron que la pandemia no llegaría a mayo y que los muertos no pasarían de 5 o 6 mil. La realidad es que hasta el martes 22 teníamos 74,348 muertos y 705 mil infectados. La pandemia sigue a pesar de que digan que bajan los casos de infectados.
En lo personal, no tengo confianza en lo que el encargado de salud en México dice. La realidad es que esta pandemia ha afectado no solamente a la salud, sino a la economía y lo grave es que se trata de la economía de las familias. No solo de los estados, de los gobiernos.
Es una catástrofe a la que algunos de éstos sí han respondido con ayudas para la gente. Pero no todos, ni de la mejor manera. Seis meses después del inicio de la cuarentena, todos los días se escucha de gente que empieza a desesperarse y a perder la calma por haber perdido su trabajo. Y con razón. Los ingresos se cortaron, dejaron de fluir.
Y aunque los sueldos en el país no son los mejores del mundo, el que no lleguen a tiempo está causando situaciones vivenciales que, por así decirlo, están explotando al interior de los hogares y generando violencia intrafamiliar, estrés, acosos y violaciones sexuales, por decir lo menos.
La línea de “pobreza por ingresos”, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), es de 2,097 pesos por mes en el ámbito rural y de 3,224 pesos en el urbano.
Según un estudio de BBVA Research, “si el Producto Interno Bruto (PIB) se contrae en -7 por ciento este año, se estima que 12 millones de mexicanos, que hoy son de clase media-baja, muy vulnerables a los vaivenes económicos, pasarán a ser pobres por ingresos. Si el PIB cae en -12%, el incremento será de 16.4 millones”.
Por lo que se ve, acabaremos este 2020, con una disminución de casi -10% del PIB. De ser así, el incremento de pobres por ingresos sería de 14.2 millones. ¿Dónde quedaremos usted y yo al final del año? ¿Y la ayuda del gobierno qué, no cuenta?
Según datos de la Secretaría de Hacienda, “hoy se beneficia a 16 millones de mexicanos con 17 programas. No obstante, el Coneval realizó un estudio este año que evalúa los 17 programas sociales prioritarios de este gobierno y encontró que, en realidad, no es posible establecer el número de beneficiarios, ya que muchos programas no cuentan con padrones precisos y transparentes”.
De acuerdo a esto, no se sabe qué es lo que está sucediendo con estos dineros. Como pueden estar llegando, pueden no hacerlo y beneficiar a unas cuantas personas que se benefician ilegalmente. Ya que el elemento corrupción, al no contar con padrones para el control y sin transparencia en el manejo de los programas, hace su nefasta aparición. Ergo, no se sabe si en verdad existen estos beneficiarios.
Lo que sí se conoce, es el número de pérdida de empleos porque los registra el IMSS. Que son los mismos empleos que se requiere recuperar y pasan del orden del millón de ellos. Más los que deben crearse para satisfacer la demanda nueva.
Ahora bien. Si las decisiones del gobierno federal fueran las adecuadas, se tendría la esperanza de que en un tiempo corto, dos años tal vez, podría decirse que el país se recuperaría, cosa que sin duda haremos.
Pero debido a lo mismo, a las decisiones erradas y contrarias a lo que indicaría la lógica, como el fomentar las condiciones para captar inversiones privadas, tanto extranjeras como nacionales, el gobierno mexicano no hace lo adecuado, sino todo lo contrario.
Los datos y los números que se proyectan para México no son nada buenos. Se estima que para diciembre se contarán 100 mil muertos por Covid y una caída del PIB entre el 10 y el 11%, que podría ser mayor. Lo que significa una severa crisis económica y de empleo. Y amigos, quedarse sin uno significa para mucha gente algo así como la muerte. Y eso no es metafórico.
Es una pandemia diferente que ya sufrimos y que genera un índice del que no se habla mucho. El de la tristeza. Que lleva a la depresión. Perder el empleo es sinónimo de ello. De la interrupción de la estabilidad, a como quiera que sea.
El más infeliz de todos los hombres, la más desdichada de las mujeres es quien no puede decir lo que va a hacer en el día. Quien no tiene trabajo en el mundo es infeliz porque sabe que no entra en él.
Quien sí lo tiene, tiene la gran cura de todas las enfermedades y miserias que acosan a la humanidad, el trabajo honesto, que pretende hacer dijo el historiador y ensayista escocés Thomas Carlyle, al señalar la importancia del trabajo para el ser humano. Señalo así, El Meollo del Asunto.
