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La gran expectativa despertada en Juárez

Dr. Fernando A. Herrera.- Tanto la gobernadora María Eugenia Campos como el presidente municipal Cruz Pérez Cuéllar han despertado una gran expectativa que podría, de prosperar, hacerle justicia a Juárez, que durante muchos años ha quedado rezagado en obra y desarrollo a grado tal que su fisonomía contrasta con el enorme dinamismo y capacidad de su gente para generar riqueza.

La gran urbe del estado se ha quedado atrás en muchos rubros, principalmente porque el estado ha olvidado su enorme importancia en la economía, y quienes han querido aportar, por una razón o por otra han terminado por restringir sus aportaciones para el crecimiento y desarrollo.

Es tiempo de que Juárez reciba lo que merece. No es justo llegar a la ciudad más importante del estado y que el panorama desde la entrada sea desastroso; caminar por sus colonias y darse cuenta de las carencias que hay en servicios, incluso los más elementales. Sus vialidades han mejorado en algunos puntos importantes, pero en general, a Juárez le falta mucho para retribuirle a los juarenses su gran aportación al desarrollo del estado.

La señal enviada por la gobernadora Maru Campos al celebrar el evento de su arribo al gobierno es de esperanza y genera grandes expectativas para Juárez. Maru Campos tiene ese gran compromiso que se estima asume al celebrar su evento principal en la mejor frontera de México.

Por otra parte, en mis años de periodista, jamás he conocido un político, varón, que sea trabajador incansable, como lo es Pérez Cuéllar. La lisonja, si así se toma, no es gratuita, me consta la infatigable actividad de Cruz cuando se empeña en un objetivo y en alcanzar sus metas. Juárez puede esperar de su alcalde trabajo permanente y una excelente administración de su presupuesto.

Lo más difícil, como siempre, será ponerse de acuerdo para hacer las cosas mezclando recursos, de ello depende el éxito de ambas administraciones en comento.

Si Maru y Cruz dejan de lado las diferencias, si las hay, y se esfuerzan en beneficio de Juárez y del estado, tendremos por primera vez una dupla de excelencia en el trabajo político que muchos han desperdiciado.

Si se trata de jerarquías, que cada quien asuma su rol, sin poner por encima orgullo alguno ni duelos de poder que los lleven a jugar vencidas que solo perjudicarían a todos.

Los equipos están armados, pero que quienes los nombraron les dejen muy claro que los intereses son comunes y que quienes se desvíen sepan que su cargo no es compromiso permanente sino una muestra de confianza y que en base a resultados conservarán sus puestos.

Los funcionarios del estado deberán coordinarse con los funcionarios de los municipios sin importar su procedencia y dejando atrás todo aquello que en la competencia política haya ocurrido.

La Justicia para Juárez tampoco implica que se descuide a ninguno de los otros 66 municipios.

La tarea es titánica y se presenta con las complicaciones de enorme deuda del estado, así que no hay que descuidar ninguno de los enormes retos que ya enfrentan sino asumirlos con la responsabilidad comprometida con los chihuahuenses.

El pueblo tiene memoria y eso lo saben quienes han estado ocupando esos puestos y se han ido con pena y sin gloria. En ustedes está la decisión de cómo quieren ser recordados y registrados en nuestra historia.

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