Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- La desnudez ética de quien fuera, hasta su inexplicable renuncia, el presidente de la Suprema Corte, sin tener carrera dentro del sistema judicial. Zaldívar ha pasado al bote de basura de la historia por atender al presidente que le pide “de buena fe” le conceda jueces de consigna que se apeguen a la orden iniciada en Palacio.
En Chihuahua, en la oficina del sátrapa Corral, en su tiempo, se gestó de muy mala fe, con alevosía y ventaja, la infamia contra un grupo de familias que fueron llevadas al extremo del suicidio y/o a la ruptura de sus matrimonios, pero a todos hizo víctimas de la extorsión, la tortura y la cárcel a cuantos se le antojó.
Le bastaba levantar el teléfono para que iniciaran la persecución y las amenazas, para seguir luego con la extorsión, la tortura y la ilegal cárcel para que, ya encerrados, pasaran a ser exhibidos en circuito cerrado de televisión para placer sexual del recién galardonado Corral con el número 9 de las senadurías plurinominales de Morena.
Todavía hoy en día, César Duarte sufre de prisión preventiva excesiva y la negativa pertinaz e ilegal del derecho a la salud, solo que ahora los abusos ya no son por el recién premiado Corral, sino por la ahora gobernadora, Maru Campos, quien ha permitido o compartido las órdenes dejadas por el crápula recién premiado, para que la ministra presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Chihuahua, Myriam Hernández, las aplique en contubernio con la fiscalía del estado y cometer una y otra vez los delitos de lesa humanidad contra César Duarte.
Ojalá el presidente se enterara que sus dichos “de buena fe” en la mañanera al desnudar sin ese propósito a Zaldívar, de pasó encueró a Corral y a Maru con sus jueces y ministerios públicos de consigna que ilegalmente alargan y alargan la prisión a Duarte.
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