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¿Guerra Fría?

Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- Si con “Guerra Fría” nos referimos a la lucha titánica entre dos sistemas políticos incompatibles, claramente, la rivalidad Estados Unidos-China, tiene ecos del enfrentamiento EU-URSS, así que, en términos ligeros, tal vez decirle “Guerra Fría” pareciera apropiado, pero ¿qué tan útil es?

Lo cierto es que la decisión de la Casa Blanca, con el presidente Biden, es desafiar a China cada que sea necesario y cooperar cuando sea posible. En cambio, China envía señales de pretender una relación constructiva, mientras redobla esfuerzos para mantener sus intereses. Hay que reconocer que la China de hoy es un eje de la economía global, pero al mismo tiempo, está profundamente integrada a la de EU; básicamente, sin ser simplistas, la rivalidad entre EU y China involucra tecnologías esenciales que conducen y conducirán a las sociedades futuras, vía la inteligencia artificial y el 5G.

Hoy en día, en un mundo multipolar, pero en el que las instituciones del orden mundial liberal se sienten amenazadas como nunca antes, le da a China ventaja para imponer su propia perspectiva. Sin embargo, la “Guerra Fría” es peligrosa en un aspecto fundamental.

La Guerra Fría original URSS-EU fue una lucha política de suma cero en la que cada bando negaba la legitimidad del otro. La derrota o disolución de la URSS, si la damos por sentada, puede en crudos términos ideológicos llevar a ambas partes a un error de cálculo y darle a China razones para hacer hasta lo impensable o catastrófico para evitar una derrota que cambiaría su sistema político.

Pero hay diferencias, China no es la Unión Soviética, es mucho más poderosa. La URSS en su mejor época apenas alcanzaba el 40% del PIB de EU. Se espera que China iguale el PIB de Estados Unidos dentro de una década.

China es el competidor más poderoso que EU haya enfrentado y es una competencia que durará por mucho tiempo. China ya es un competidor al mismo nivel que EU en muchas áreas y aunque todavía no es una superpotencia global, en lo militar está a la altura, por lo menos en las áreas que más le importan a China.

Todo comenzó cuando en diciembre 2018 arrestaron a la hija del dueño y CEO de Huawei por solicitud de Estados Unidos, con una serie de encuentros y desencuentros, hasta el fracaso en la cumbre del G-20 en Tokio, el mes pasado, cuando Estados Unidos y China, sin llegar a puerto, decidieron seguir con la guerra de impuestos que han aplicado a sus ciudadanos.

Preguntas: ¿Podrá Biden revertir el caos dejado por Trump y revivir la economía? ¿Podrá convencer a sus aliados de que EU sigue siendo confiable en el escenario mundial? ¿Podrá expandir su base educativa y tecnológica? Son preguntas que se cree se hacen los aliados históricos y quieren respuestas y resultados claros antes de voltear a China.

China se ha adelantado de muchas formas, pero también hay preguntas: ¿El gobierno autoritario podrá seguir con el control de la sociedad y al mismo tiempo detener la baja en el crecimiento anual de su PIB y sostener el progreso económico? ¿Podrá China lidiar con la baja en su ritmo anual de crecimiento económico? ¿Qué pasará con el envejecimiento de su población por los estrictos controles de natalidad? ¿Será capaz su Partido Comunista de conservar el poder, lealtad y apoyo de la sociedad?

Conclusiones: China tiene fortalezas, pero también muchas debilidades. EU tiene las fortalezas del control y sistema socioeconómico, pero tiene debilidades internas combinadas con grandes oportunidades y amenazas externas. 

EU tiene fortalezas y dinamismo excepcionales con capacidad de reinventarse rápidamente, pero enfrenta la amenaza competitiva de China, que no es poco, combinada si usted le agrega el odio sembrado por Trump a través de las políticas duras y actitudes gansteriles a sus aliados históricos.

Lo que hemos sabido de la guerra comercial entre Google y Huawei no es una simple competencia entre dos empresas, más bien son los primeros enfrentamientos públicos de una versión de guerra fría entre dos potencias hegemónicas: China y Estados Unidos. 

Una pregunta: ¿México puede aprovechar la situación? Las empresas de México deberían reaccionar a este hecho y exigir que nuestro gobierno se ponga las pilas para aprovechar esa coyuntura y fortalecer nuestra posición en el contexto internacional.

Los chinos han empezado a traer sus empresas desde China a nuestro país, aunque pretenden evitar los nuevos impuestos. Mattel es un ejemplo. Mattel anunció que despedirá a 2,200 trabajadores en todo el mundo, lo que representa el 22% de su fuerza laboral, pero además, cerrará las fábricas que tiene en Monterrey y Guadalupe, convirtiéndose así México en el país más afectado en América Latina.

La agricultura y su escala, además de manufacturas de alto nivel, son oportunidades que México debe atraer. México debe abrir licitaciones a velocidad luz para revolucionar nuestro espectro tecnológico e implantar el 5G.

Sin hablar de copiar por prurito, México debe hacer lo que hacen los demás: negociar aranceles, migración, seguridad y desarrollo, por ejemplo. Esa sola decisión que le toca al Estado le interesa tanto a Estados Unidos como a China.

Somos testigos mudos de cómo otros países utilizan sus activos para lograr mayor competitividad nacional, pero no estamos solos. Vietnam abre su puerta y hasta ahora la mayoría se han ido para allá. ¡No podemos, ni debemos quedarnos fuera! ¡Tenemos que participar! Es crucial y estos sí que son temas de seguridad nacional.

Las represalias como el alza en aranceles, la lista negra de empresas chinas y ahora estadounidenses con los argumentos de siempre: “la seguridad nacional estadounidense”. Los obstáculos a Huawei son patadas de ahogado antes de reconocer que se perdió la carrera tecnológica y la hegemonía mundial de Estados Unidos.

Un detalle, “por si hay temores” (ironía): El armamento que utilizan no es convencional, con soldados y bombas, son tecnologías, es alcance global, la flexibilidad y capacidad de influencia en la gente, la economía, la cultura, etc.

En cuanto a burocracia, hay que decir que las empresas–Estado en China poseen capacidad de gestión colectiva. Algo más a tomar en cuenta: Estados Unidos llega retrasado al intento de hacerse del control de las redes y tecnologías 5G, “considerada nada menos que la cuarta revolución industrial de nuestra historia” también llega tarde para impedir el avance de las compañías chinas. 

Sus represalias no son solo a Huawei, que es líder mundial en 5G, sino que están diseñadas las sanciones o restricciones para China Mobile y otras cinco empresas del país asiático.

El colectivo Huawei sigue con el despliegue mundial de la infraestructura para operar 5G en el mundo y no trabaja solo, otras empresas chinas bajo cierto control del Estado chino, son parte de ese esfuerzo. México no es la excepción, los ofrecimientos de Huawei y sus contratos ya proveen una parte de nuestra red 5G mediante la concesión a Altán.

Altán es el cuarto inversionista en las telecomunicaciones de México con aproximadamente 1,000 millones de dólares, e informó en julio que un contexto económico y financiero global, así como una economía deprimida del consumidor mexicano, se le complica mantener su ritmo de inversión en la construcción o contratación de infraestructura y al mismo tiempo recuperar flujo de dinero para la reinversión y el pago de insumos.

Fuentes:

Tomado de la BBC NEWS MUNDO

Artículo de Alfredo Velázquez, emprendedor de tecnologías, creador de soluciones en logística viral, telecomunicaciones y sistemas de rastreo. Es fundador y CEO de Neus Mobile, un operador móvil virtual especializado en IoT e innovación disruptiva. Síguelo en su cuenta de Twitter @Alfredo_IoT. Las opiniones en esta columna son parafraseadas o algunas notas textuales de su trabajo. (El economista).

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