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Gloria y grandeza a la ciudad

Dr. Arturo Castro.- Las elecciones, antes y después, representan tiempos apasionantes, los relatos de lo que sucede acreditan los hechos, las salvedades, las propuestas y las críticas, al igual que los reconocimientos y responsabilidades.

La sociedad está convencida de que con su participación define su propio futuro, el voto por voto es un instrumento de poder para fundamentar la toma de decisiones y el análisis en la elección de los representantes.

La elección es una gran lección para entender lo que se tiene y lo que se quiere, la pluralidad entre los candidatos es inmensa, hay políticos profesionales, profesionistas, aquellos que vienen del común y los oportunistas.

Este proceso democrático representa una nueva etapa para la ciudad que continua suspirando y anhelando tener mayor gloria y grandeza.

Gloria y grandeza que no alcanza a llegar por la falta de ética de los responsables para realizar una real gobernanza, quienes llegan al poder no ven la mediocridad en su gobierno, ofrecen hacer como algo excepcional y diferente su propia responsabilidad adquirida.

Los baches, la basura, la seguridad pública, la atención administrativa a la sociedad, es una obligación y no una distinción. Los nombres de quienes dirigen la ciudad no son necesarios ante la solicitud de que el próximo gobierno cumpla con creces dicha responsabilidad.

Cumplir con eficiencia y eficacia la hechura de políticas públicas, que no se le vaya el tiempo al ciudadano en sus trámites administrativos para que exista una plena sinergia en la dinámica social y gubernamental.

Gloria y grandeza a la ciudad para tener identidad y pertenencia, que quienes ganen en esta elección formen un gran equipo de trabajo, desde el cabildo del Honorable Ayuntamiento hasta el Congreso de la Unión.

La ilusión se convierte en realidad cuando la nueva historia es de legalidad, entrega y transparencia, los protagonistas tienen la palabra, el tiempo tiene el juicio para reconocer o reclamar.

La ciudad lo merece, esperemos que este sea el tiempo para nuevas expectativas realizables más con sentido común que con ocurrencias bicicleteras.

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