German Gez.- Por primera vez en la historia de México, los ciudadanos somos convocados a emitir nuestra opinión en un referéndum o consulta popular en el cual “se decidirá” si el actual gobierno investiga y juzga a exfuncionarios involucrados en casos de corrupción.
El tema en sí mismo tiene varias aristas. Para empezar, las decisiones judiciales como la que se consultará, no deben ser sometidas a opinión popular. Si hay evidencias, si hay pruebas de que los expresidentes y otros exfuncionarios cometieron actos de corrupción, se deben investigar y juzgar sin que “el pueblo bueno y sabio” lo determine.
Sin lugar a dudas se trata de una gran herramienta de participación ciudadana, pero a la misma se le ha dado un manejo político usado a conveniencia del gobernante en turno o de quien la convoca. Y si todavía haya quien no lo crea, podemos citar ejemplos.
Cuando organizaciones de la sociedad civil y ciudadanos le pidieron a Javier Corral Jurado que se hiciera una consulta para definir si los juarenses querían una segunda ruta troncal por la avenida Tecnológico, el gobierno estatal bloqueó la iniciativa. Hoy la ciudadanía padece con una obra que ha estrangulado la principal vialidad de la ciudad y que, para completar, ni siquiera será concluida por la actual administración que entregará el poder en los primeros días de septiembre.
Lo mismo se pidió cuando el gobernador se empecinó en hacer la llamada pretroncal por la Gómez Morín. De nada sirvieron los llamados ciudadanos a no destrozar la vialidad, pues con el uso de la fuerza pública se retiraron las carpas instaladas para evitar la obra y ahora la única avenida de la ciudad que estaba en buenas condiciones, luce como campo minado y, como se les advirtió desde el comienzo, ese tramo tampoco se terminará.
Dice el gobierno de la 4T que hizo una consulta para detener la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México porque había sido una obra contratada por funcionarios corruptos con empresarios igualmente corruptos, pero se enfrascaron en un aeropuerto patito en Santa Lucía cuyo presupuesto se ha incrementado, al igual que el del Tren Maya o Tres Bocas, aunque de eso el gobierno federal prefiere no hablar.
Con todo y eso, para este domingo se ha convocado de nuevo a los ciudadanos para esta primera consulta, la cual ha estado llena de señalamientos en contra del Instituto Nacional Electoral (INE), que está obligado a su realización.
Sin embargo, no se le asignaron recursos adicionales para la misma y, como lo explicó el INE en un comunicado, los legisladores de Morena cuestionaron el que el organismo electoral no los haya solicitado en su presupuesto para este año, pero la propuesta de consulta se presentó y aprobó después de que el presupuesto había sido asignado.
Esto ha traído muchos señalamientos por parte del gobierno federal que acusa al INE de no querer hacer la consulta. Mario Delgado, presidente nacional de Morena, aseguró que no se requerían recursos adicionales, pues el INE podía utilizar los espacios en radio y televisión para promover la consulta. ¿Pero acaso con esos espacio se puede obtener los recursos para instalar las mesas receptoras de la consulta?
Ante estos dimes y diretes, Morena se ha dado a la tarea de “promover” la consulta y de señalar la ineptitud del INE, organismo que el presidente López Obrador quiere desaparecer para que la Secretaría de Gobernación sea la que realice las elecciones, como se hizo durante “la dictadura perfecta” del PRI.
Así que, si la consulta logra el 40% de participación necesaria para que sea vinculante, los militantes de Morena dirán que fue gracias a su labor de difusión. Si no se logra, se culpará al INE, se pedirá la cabeza de su consejero presidente y la desaparición del organismo por su ineptitud para escuchar la voz de los mexicanos, porque lo que se pretende con esta consulta es cuestionar al instituto electoral y darle una estocada final.
