Inicio Perspectiva Escasez y pobreza: ¿la nueva normalidad?

Escasez y pobreza: ¿la nueva normalidad?

Daniel Valles.- Hasta el lunes pasado se habían perdido en los tres meses de la pandemia en México, un millón de empleos. Ahí estamos hasta el momento. Y esto no ha terminado. El aspecto político de la crisis sanitaria que vivimos es una cosa y el económico es otra.

Mientras el Jefe del Ejecutivo federal fue de gira cuando debería de estar en casa, es decir, en Palacio Nacional, millones de personas se han quedado en la respectiva porque aún no se dan las condiciones para que todo vuelva a ser como antes. Lo que de hecho ya no será así.

El problema económico no se ha mostrado aún con la fuerza que será por varias razones a mi entender. La gente aún tiene recursos, ahorros. ¿Qué tanto tiene? No se puede saber.

Lo que sí se sabe es que quienes trabajan por su cuenta, a comisión o por propinas a destajo o por contrato, han sido y son el grupo económico más vulnerable, lo ha sido desde el inicio de la pandemia.

El otro grupo, el asalariado, ese no ha tenido gran problema. Sobre todo si son del sector del gobierno. No se les ha dejado de cubrir su salario. ¡Qué bueno que así ha sido!

¿Cuándo se restaurará la actividad que conocemos como la normalidad? No hay cómo saberlo. Aquí en el estado de Chihuahua, ya se invita a abrir algunos negocios o todos, el próximo lunes 22 de junio.

Y a nivel nacional, la información que emana a diario de las conferencias del doctor Hugo López-Gatell, de igual forma. Pero ambos casos son muy inciertos ante la evidencia de alto número de contagios. ¿Es esta incertidumbre una especie de corrupción? ¿Qué si luego dicen que hay que regresar al encierro?

Por su parte, el gobierno de Estados Unidos anunció que mantendrá cerrado el acceso a su país para viajes no esenciales, lo que nos da una idea de que la normalidad de igual manera, no estaría próxima.

El semáforo en México se mantiene en color naranja para la mitad del país. Las entidades que pasaron a color naranja son: Aguascalientes, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nuevo León, Quintana Roo, San Luis Potosí, Tabasco, Tamaulipas, Yucatán y Zacatecas.

Mientras que en color rojo se mantienen: Baja California, Chiapas, Ciudad de México, Colima, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Veracruz.

Aquí la gente no puede aún salir de sus casas, se deben de aguantar o arriesgarse. Y ya se está llegando al punto donde o se morirían de hambre o por Covid. La decisión es macabra.

Quienes guardan la cuarentena y no son asalariadas o son parte del millón de personas que perdieron su empleo, acuden a retirar dinero de su Afore o a pedir prestado al familiar, al amigo. Otros a empeñar lo que tengan y en no pocos casos, a vender lo que se pueda.

En mayo pasado, los mexicanos que se quedaron sin empleo retiraron 1,556 millones de pesos (mdp) de su Afore. Así informó este lunes 15 de junio, la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).

Esto representa 40.10% más que en mayo de 2019. Sin embargo, las cifras son menores en un 2.2% que en abril, cuando se retiraron 1,591 millones de pesos. En números redondos, son más de 3 mil millones de pesos en dos meses lo que se ha retirado. Y esto apenas empieza.

En la escuela de contabilidad me enseñaron que a todo cargo, corresponde un abono. El trabajador tiene ahora menos para su retiro de lo que tenía ahorrado.

El riesgo de que tenga que hacer uso de más dinero es inminente. Y no serán uno o dos trabajadores al mismo tiempo quienes lo soliciten, serán millones de personas.

Se buscan mecanismos para aliviar eso, pero el que se proponga habrá de mermar el fondo del retiro de trabajador, el que de acuerdo a la Amafore, que es la Asociación Mexicana de Afores es de 70 mil pesos en promedio.

El trabajador puede estar tranquilo, pues se tienen los fondos para hacerle frente a una demanda masiva de dinero, sobre todo si se diera el caso de que se aprobara una propuesta del diputado Mario Delgado, de Morena, para que el trabajador tuviera acceso a 13,300 pesos de su ahorro, casi de forma inmediata. Es decir, sin tener que espera 45 días que es lo que señala la ley.

Bernardo González, presidente de la Asociación Mexicana de Afores (Aamafore), declaró también el pasado lunes 15 del presente que: “la propuesta de Delgado tenía puntos favorables, como el tiempo para acceder al seguro de desempleo y que no se descuenten semanas de cotización por acceder a los ahorros. Sin embargo, advierte que le estarían recortando casi un 20% al monto que tendría para el retiro”.

El cargo repercutiría en el abono al final, para cada trabajador. Pero entonces, si los bienes no son para solucionar los males presentes, ¿qué importa el mañana cuando la necesidad está aquí, ahora?

Eso sería parte de la solución para quien tiene una Afore. De seguro la mayoría va a optar por sacar todo lo que pueda de ella. Pero eso sólo es parte del problema. ¿Por qué?

Porque está un alto porcentaje de personas que no tienen una Afore, ni pensión de tipo alguno, ni ayuda económica para hacerle frente a los gastos inmediatos de la crisis que ya tiene tres meses.

Entonces, ¿Eso que dice el presidente de que ya salimos de la crisis y que se domó la pandemia, que estamos bien y todas cosas, también es corrupción?

Es que por lo que se ve en los hechos, las palabras de las autoridades, todas, no reflejan, ni señalan la otra pandemia que tenemos enfrente: la de la crisis económica. La que ya está aquí. La escasez y la pobreza serían para muchos la nueva normalidad.