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En la Hoguera

Antología de una muerte anunciada… Hace apenas unos años, un puñado de valientes capturó en un restaurante de Culiacán a Ovidio Guzmán, una de las cabezas más importantes del poderoso Cártel de Sinaloa, quien tenía una orden de aprehensión en su contra. Un capitán del ejército mexicano y media docena de soldados, desafiaban así a una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo. 

Al comunicar el éxito de su misión, recibieron la orden de liberarlo inmediatamente. Luego de tres días de versiones distintas y confusas, el Presidente de la República declaró que él mismo había dado la orden de liberación, en contra de lo que dicta la ley, pero con la responsabilidad en los hombros, de salvaguardar el bienestar de los Sinaloenses. 

Si bien su actitud era profundamente anticonstitucional en el sentido estricto del derecho, se justificaba por la cantidad de vidas que se salvaron. 

En la madrugada de este jueves y sin ninguna otra explicación que valga, se dio marcha atrás, se pateó el avispero y salieron corriendo para que sean los sinaloenses los que tengan que lidiar con las avispas enojadas. 

¿Qué cambió? Los mal pensados especulan inmediatamente que es un gesto, una ofrenda por la visita de Joe Biden, presidente de Los Estados Unidos de Norteamérica, pero si ese fuera el motivo, son cuatro los hijos del Chapo Guzmán los buscados por la D.E.A. y a juzgar por la recompensa ofrecida por dicha organización, cada uno de ellos es tan importante como el otro, en conjunto valen una recompensa de 20 millones de dólares, de a 5 millones por cabeza y la reacción adversa del grupo delincuencial será igual de intensa por uno que por los cuatro. 

Así que todo, absolutamente todo, hay que analizarlo cuidadosamente, interpretar lo que significa si lo deportan inmediatamente, si no lo deportan, si se escapa de prisión con la misma facilidad con la que escapaba el padre, la gran interrogante es por qué ahora sí y entonces no, o por qué nomas él y no los cuatro. 

Archivaldo Guzmán Salazar, Joaquín Guzmán López y Jesús Alfredo Guzmán Salazar son tan buscados en Norteamérica como el mismo Ovidio, pero solo este último tiene orden de arresto en México. 

Los Chapitos son conocidos por su excesivo gusto por la violencia extrema y quienes se han convertido en un auténtico dolor de cabeza para los americanos, herederos de la organización que dirigía el padre, quien ahora purga una sentencia de cadena perpetua en la prisión ADX en Colorado. 

Esta organización cuenta con seis mil hombres armados y controla el trasiego de la droga en Sinaloa, Sonora, Baja California y Chihuahua exportando al vecino país del norte: cocaína; heroína; marihuana, metanfetaminas y fentanilo.  

De los 10 hijos que el Chapo reconoce como propios, fueron 5 los que se dedicaron a la venta de droga. Edgar Guzmán López fue asesinado en el 2008 y los cuatro restantes manejan diferentes aspectos de la organización, producción, distribución, exportación y lavado de dólares. 

La reacción del grupo a la detención de Ovidio fue tan inmediata como intensa, incontrolable e impredecible: bloqueo de carreteras, ataques a aeropuertos y el secuestro de varios doctores y enfermeros en distintos hospitales para obligarlos a atender a los sicarios que resultaron lesionados en los enfrentamientos en el frustrado rescate del “Ratón”.  

Una de las acciones más inesperadas fue el ataque al vuelo Aeroméxico 165 con destino a la ciudad de México, donde los pasajeros y la tripulación buscaron refugio en el suelo del avión. 

Cuando la aeronave fue acribillada a balazos, Aeroméxico canceló el vuelo por motivos de seguridad y dio a conocer que los proyectiles dañaron su nave Embraer 190, con matrícula XABUCU, a la cual le dañaron la parte trasera del fuselaje y el sistema hidráulico, horas después la aerolínea canceló todos sus vuelos en los aeropuertos de Culiacán, los Mochis y Mazatlán. 

La Organización de Amnistía Internacional dirigió un mensaje al Presidente Andrés Manuel López Obrador exigiendo que garantice la seguridad de los ciudadanos sinaloenses, luego de la serie de actos de intimidación que el cártel de Sinaloa ha emprendido como represalia de la captura de Ovidio. 

El gobernador del estado suspendió todos los vuelos en el estado y todos los eventos masivos, cívicos, deportivos y culturales por tiempo indefinido. El titular de seguridad pública del estado recomendó a todos quedarse en casa para no desafiar peligros. 

También en Ciudad Juárez se sintieron represalias de los Mexicles después de la presunta muerte del Neto, quema de negocios, robo de autos y balaceras hasta bien entrada la mañana. No sabemos si continuarán en días futuros o se logre imponer la autoridad.

La justicia tolerante es cómplice del maleante… Ante el abatimiento del líder criminal “el Neto”, que evadió la justicia en la fuga masiva del pasado 1 de enero del Centro de Reinserción Social número 3 en Ciudad Juárez, el diputado de Morena Cuauhtémoc Estrada Sotelo, consideró que la autoridad aún tiene muchos pendientes al respecto y que el fallecimiento de este personaje no es para borrar los lamentables hechos.

El coordinador de los diputados de Morena reconoció la tarea de las autoridades estatales que, en conjunto con fuerzas federales, detuvieron a algunos de los reos que se fugaron y que con legitimidad abatieron al cabecilla; sin embargo, es solo una parte de las tareas pendientes.

“La autoridad aún tiene muchos pendientes en el tema, la detención de más personas que se evadieron, tienen el pendiente de las indemnizaciones a las familias de los custodios asesinados, así como el control eficiente en los centros penitenciarios, porque recordemos que esto sucedió en agosto del año pasado y no se hizo, esperemos que se haga con transparencia y de manera pública”.

De igual forma, recordó que se tiene que garantizar en Juárez y el estado, la tranquilidad para que los ciudadanos puedan vivir en paz, así como las investigaciones necesarias a todos los funcionarios involucrados en el sistema penitenciario por las omisiones y complicidades que han sido expuestas.

“Los actos del 11 de agosto del 2022 y el 1 de enero de este año, no deben quedar impunes, hubo omisiones y complicidades y no debe borrarse solo porque ya fue eliminado el cabecilla, las investigaciones deben continuar y las sanciones ejemplares para que esto no vuelva a ocurrir”.