Abraham Monarez.- Esta semana se inauguró una de las obras insignia de esta administración publica federal, un aeropuerto internacional que con bombo y platillo la esfera política mas importante tenia que estar ahí, tenia que ver con sus propios ojos lo que esto representaría para el gobierno, mas no para los ciudadanos.
Las redes sociales se desbordaron en criticas, felicitaciones y en que si en realidad eran reales los cientos de fotos que circularon por todo el internet, creo que todos en algún momento del día nos toco ver o un meme o algo que sucedió ese día tan esperado.
Pero qué pasa en realidad con esta obra, este proceso de cancelación, que si en realidad el aeropuerto que se canceló, estaba sobre un lago, etc. La sociedad hace algunos años quería sí o sí sacar del poder a quienes en ese momento eran los mas corruptos pero imagínate si llamamos corrupción el cancelar un aeropuerto ya en construcción que costaría 300 mil millones de pesos hacerlo y por cancelarlo cuesta lo mismo, a eso súmale los otros 300 mil millones de pesos la nueva construcción de un aeropuerto sin contar que no se tienen ni estudios de aeronáutica, estudios de impacto ambiental, que su financiamiento será con el pago de la tarifa de uso aeroportuario, con el aeropuerto que cancelaron se expedirían bonos bursátiles y no afectaría en el costo para poder viajar.
Si hablamos de transparencia el hacer una adjudicación directa de tan grandes cantidades de dinero se tenía que haber realizado una licitación para que las empresas expertas desarrollaran el proyecto y pedirles cuentas para que todo saliera bien; en este caso aquí el dinero lo maneja la Secretaria de la Defensa Nacional, en cualquier lado del mundo esto se llama corrupción.
El partido en el poder no estaba en contra de la corrupción, ellos querían destruir y nosotros sin darnos cuenta pagar esa cancelación que nos costará años a los mexicanos que pagamos impuestos y construir este aeropuerto que aún no se termina. Sin poder generar otras construcciones, porque el dinero ya esta comprometido en pagar multas, recargos y esta obra que está en proceso.
Era tanto el resentimiento que decidieron endeudarnos con una cancelación y que sigamos pagando un aeropuerto que tardará treinta años en dar el servicio al cien por ciento.
Todos debemos de preocuparnos por lo que pasa no solo aquí en nuestra comunidad, también fuera de ella; es nuestra ciudad, nuestro estado y nuestro país.