Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- La marcha del domingo fue importante y muy numerosa, pero nada que no se esperara. Sin embargo, los errores del presidente lo están abrumando.
La concentración de poder conlleva la carga. Nadie sabe quiénes son los secretarios, no les permite actuar, apenas dos o tres asoman la cabeza.
El presidente acusa desgaste, no deja espacio para despresurizar. Es un costo muy alto para quien trabaja tan poco y acepta la carga del día.
Los ojos del presidente denotan estrés por agobio, explosión psicosomática incontrolable, su malestar en el corazón tal vez impida la máscara de cortisona, su desespero llevó a trend topic su #narcopresidente por semanas y números que golpean como bumerang el rostro del presidente.
Claudia no tiene especias, brega sin condimentos y sin sal. El presidente se sabe en peligro, eso incluye a sus hijos. Hasta él es humano.
Lorenzo como orador no dijo algo que lastime. Claudia se equivoca y lo ataca y el presidente se jala el pelo y piensa o se le sale: ¡No me ayudes, carajo!
Maru no se estresa, apenas está en la miel, los tiempos de hiel llegan hasta el quinto y sexto año. Se quiere mirar atrás, pero el poder no incluye regresar el tiempo y se va con el oprobio de los errores.
Nadie aprende en cabeza ajena, por eso es repetitivo AMLO allá, maru acá. Claudia no era, Corral sí es, aunque mientras se va la miel cobra a quien puede cuando llegue la hiel. El culpable estará fuera de alcance y el inocente… ¡ojalá vivo!
Nada es para siempre, ni ser presidente, ni gobernadora, ni preso… El sabor de la hiel, sí. AMLO ya lo tiene, Maru lo tendrá.
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