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El Pacto de Coordinación Fiscal, una asignatura pendiente

Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- La armonización tributaria y la colaboración entre los estados fueron algunos de los principales beneficios que se esperaban del pacto fiscal, cuando se constituyó el Pacto de Coordinación Fiscal, pero al paso del tiempo el Gobierno Federal fue promoviendo cambios que centralizaron el presupuesto; por ello, es indispensable revisar el actual federalismo (en realidad centralismo) fiscal, que hoy representa la inequidad total por el acaparamiento de recursos.

Ese fenómeno construido a través de parches en la Constitución deja unilateralmente a la Federación las decisiones sobre ingresos y gasto de los recursos nacionales, lo cual demostró la trampa o celada en la que cayeron los estados federados. Las participaciones, para todos los estados y municipios del país, solamente representan poco más del 14% del presupuesto federal total, la federación se queda con el resto, que supera el 85% del total de la recaudación fiscal del país.

La Federación tiene compromisos que no rompe y otros que no asume. Por ejemplo, Chihuahua invierte más de la mitad de sus participaciones en educación, y si agrega salud y seguridad, resulta claramente insuficiente para atender otras necesidades públicas y de desarrollo. Querétaro, en cambio, recibe sus participaciones libres de polvo y paja, pues la Federación asume su gasto en educación.

Por si fuera poco, todo objetivo federal se pone por encima de estados y municipios y si es necesario utiliza los recursos que les corresponden, lo que cae en el abuso y usurpación de operación de funciones de cobro de impuestos que corresponden al ámbito local.

Entonces, urge recuperar el equilibrio de las participaciones, que con los años ha propiciado falta de interés de los estados en el tema recaudatorio y eso frena el crecimiento económico, de ahí lo importante de estimularlos con un mejor pacto federal de participaciones y atribuciones para cobrar otros impuestos de manera directa y que se permita el beneficio de recursos naturales a los estados y municipios que den como resultado un aumento de las capacidades recaudatorias. De lo contrario, la centralización continuará creando cada vez más pobres, y, por supuesto más ricos a los ricos, impidiendo a los estados y municipios cumplir sus obligaciones.

Tenemos el deber de reconocer que la propia Federación ha sido incapaz de llevar una administración sana y hoy en día el Ejecutivo tiene casi todo su presupuesto comprometido y/o etiquetado; en consecuencia, los estados reciben migajas y los municipios lo que se les cae al recogerlas. Urge una reestructuración financiera del país. El primer paso es elegir el rumbo, y no hay otro más que descentralizar y volver más hacia el verdadero federalismo. 

Verdaderas entidades federativas, verdaderos municipios libres e independientes. ¿Quieren una cuarta transformación? Les propongo esta. Además, hay que desaparecer la lista nacional de senadores plurinominales por su inequidad en representar a los estados federados.

Terquedades 

Las mentiras siempre brincan, si no en el momento apropiado, lo hacen cuando ya no lo esperas. Así le pasa a Javier Corral ahora que ya no es gobernador y luego de desperdiciar cinco años para hacer algo por Chihuahua. Se entregó al régimen y cuando venía el premio saltó la mentira: no es mexicano. El propio presidente lo dijo. Tiene un acta de nacimiento, pero eso no lo hace mexicano, su procedencia es ilícita y nula de origen. La única que vale es la gabacha. Ahora, si realizó los trámites de doble ciudadanía habría que revisar si anuló el acta de octubre de Juárez y obtuvo la nacionalidad mexicana por la vía correcta.