Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- La negociación con los grupos organizados, sea lo que sea su negocio, da paz en las distintas regiones del país.
Lo que dice el Obispo podría calificarse de impulsar acuerdos fuera de la ley, pero uno se pregunta: ¿Y qué más podemos hacer? Si la autoridad solamente desfila y al tope o topón con algo sospechoso puede que hagan trabajo, de otro modo no saben más allá de patrullar. No es malo, pero es lo que saben. Para otra cosa no hay preparación.
La policía del estado funciona con sus arreglos y hay ciudades donde hay más de un grupo y no pueden controlar y por ello hay tantos muertos. La opción que dijo el Obispo ayer con Loret en el noticiario sobre la tregua entre grupos en Guerrero sería solución para Juárez y la capital y otros lugares de conflicto.
De donde yo soy estamos bien y contentos, por grotesco o loco que se escuche, porque el grupo que se dice controla, no molesta a los ciudadanos, no se meten con nadie; ellos en lo suyo y cada ciudadano también. Y hasta nos quitan a los rateros de encima.
Es una medida extrema que solo se justifica por la vana palabrería, la inacción, la apatía o, como dijo Maru, lo endejos de los gobernantes en todo el país y los abrazos del presidente.
Por si fuera poco lo escrito aquí y lo que dijo ayer el Obispo Emérito, en Chihuahua hay presos con prisión preventiva excesiva y hasta un preso político que sufre del odio por andar haciendo favores. Como dijo alguna vez Gutiérrez Barrios: de los que quieren matarme, ¿por qué están en la lista estos dos? A ellos nunca les hice un favor.
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