Dr. Arturo Castro.- El próximo proceso electoral será similar a los anteriores, dado el manejo que desde los diferentes poderes se tienen, así como el fuerte control sobre los actores frente a una sociedad que observa y califica en lo que parece ser, tal vez es, una democracia dirigida.
México presume que tiene una democratización de la sociedad, que fue bandera con el expresidente Miguel De la Madrid en aquellas famosas cien tesis sobre el desarrollo del país, que realmente provocó cambios interesantes en todos sus órdenes.
El manejo político, entonces, siempre ha existido, fuera de quién o qué partido gobierne, tiene su origen y naturaleza en la aplicación del poder que se ostenta, de ahí que la polarización social igual siempre ha existido.
La política, lejos de ser un fenómeno, es una actividad interesante que pudiera ser la cuna de un buen desarrollo en todos los sentidos, los menos se involucran en la organización y dirección para llegar a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Los más, observan, comentan y participan en los partidos políticos y en las campañas electorales que, sin terminar el día de votaciones, siguen debatiendo los resultados durante las semanas siguientes que van de la satisfacción a la frustración.
Hoy se vive una nueva etapa en la vida pública y política de México, parece igual a las anteriores, pero no es así; se tiene el mismo régimen de partidos, pero con reglas de competencia diferentes que incluyen la reelección en diferentes posiciones políticas, la equidad de género y desde hace rato la votación pasó del mes de julio al de junio.
Este nuevo proceso ha presentado similitudes entre el oficialismo y la oposición, ambos destapes a la candidatura presidencial salieron de Palacio Nacional, entonces Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez emergen desde el mismo origen.
Mismo origen que dará como resultado una clara continuidad del actual proyecto denominado Cuarta Transformación, convirtiéndose en la base para la aplicación de políticas públicas que moldeen un desarrollo consecuente a la línea establecida.
El partido Morena ha visto consolidada su propuesta política incrementando la membresía desertora de otros partidos que a la vez se ven debilitados, provocando que se vea el escenario como en aquellos tiempos de fuerza del PRI, o sea, el poder de un partido de Estado.
El tiempo electoral ya está aquí, de las precampañas a las campañas para llegar a ejercer el derecho al sufragio universal que den oportunidad a la repetición de la representación política y el paso a nuevos actores a quienes se les brinda la oportunidad de subirse al carro, ya no de la Revolución sino de la 4T.
El poder del voto ya está presente junto a la libertad y manipulación en su caso, de una toma de decisiones por parte de la sociedad que al parecer no ofrecerá ninguna sorpresa mayor. El reparto de posiciones parece estar tranquilo, que van del género a las élites políticas de siempre.
El guion de las elecciones 2024 tiene varios escritores, que tienen lista la pluma para continuar palomeando el aspiracionismo de los políticos y de sus propios partidos.
El poder actúa, la sociedad contempla, las reglas vigilan y el país continúa su marcha en forma regular, dicen que sin corrupción, pero sí a la espera del próximo depósito bancario para combatir la excelsa inflación de hoy.
2 de junio: Presente. Todos a ejercer el derecho al voto.