Dr. Arturo Castro.- La importancia del autoritarismo es entender cómo se ve a los de enfrente como enemigos, aunque de alguna forma se les mencione como adversarios, neoliberales o conservadores, siendo estos dos últimos una falacia por pertenecer a teorías encontradas.
Benito Juárez, inspirador histórico de muchos mexicanos era un masón liberal, que se destacó por innovar las costumbres, dejando de lado lo que se ha hecho siempre y que no provoca un cambio dada la tranquilidad adquirida en el común.
La democracia es una batalla que ha transitado a lo largo de los siglos hasta llegar al convencimiento ciudadano de que es una herramienta eficaz de decisión política, es la etiqueta que define a los gobernantes y a la vida útil de los partidos políticos.
La democracia no produce rechazo, la sociedad ha entendido eso, aunque siempre cae en los mismos errores de creer en los espejitos que posteriormente producen vergüenzas propias y ajenas que le hacen pensar que se equivocó.
El absolutismo busca lo absoluto, la razón de la sinrazón, difícilmente se puede separar del autoritarismo o de aquellos otros datos que se tienen, pertenece a una cultura de dominación torcida en el discurso con programas de beneficio social.
La conducta de un gobierno absolutista no puede producir una mejor democracia porque se gobierna con juicios de poder como aquel de que si Aburto, el asesino de Colosio demuestra que recibió tortura, se le puede dar un nuevo trato.
Cómo demostrar una tortura al paso del tiempo, sin testigos y sin posibles evidencias que convierten este caso en un nuevo distractor para no mandar recursos para escuelas de educación básica o pavimentación en algún lugar del país.
Si el gobierno es duro con sus antecesores, ¿por qué no lo es con los propios hablando de corrupción, de un viaje de catorce senadores a Europa y ser espectadores de una reunión de cambio climático que se puede conocer a través de redes sociales?
La sociedad parece pequeña ante lo cruel de los hechos y circunstancias que aún suceden como antes, se provoca el enfrentamiento interno, aunque parece invisible y sin conciencia, alrededor solo aparecen ciudadanos inconformes, aunque reciban su pensión oficial.
Una pensión por el solo hecho de ser algo en la vida o tal vez no haber tenido un camino para serlo, es universal para propios y extraños, la generosidad del gobierno es de siempre a través de los programas sociales implementados en cada sexenio.
El absolutismo democrático existe como una antítesis política, es la realidad ante el discurso o la teoría, es un fenómeno que a manera de sentencia tiene aquel conglomerado denominado pueblo sabio y feliz de vivir una gran mentira.