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Declinar por México

Alejandro Zapata Perogordo.- Las palabras de Luis Donaldo Colosio Riojas hace unos días vinieron a corroborar lo que muchos pensamos. Es necesario sumar esfuerzos en un proceso electoral crucial para el futuro del país. Lo que está en el aire no debe responder a una ambición personal para arribar a la Presidencia de la República, sino a evitar la continuación de un sistema fracasado y en vías de hacer más daño.

Es significativo el llamado del joven candidato a la senaduría por Nuevo León, en el sentido de que el aspirante que va en tercer lugar, en clara alusión a Álvarez Máynez, sin posibilidad alguna de obtener el triunfo, debe declinar a favor de la candidata opositora al tener mayor apoyo para ganar.

La reflexión pública la hace descansar sobre datos de todos conocidos a partir del principal problema que padece el país: la inseguridad. Una estrategia fallida cuyas consecuencias han traído muerte y desolación; nunca en la etapa contemporánea se habían presentado cifras tan escalofriantes como ahora.

Después de cinco años de gobernar, ya no es factible escudarse en el pasado para justificar los pésimos resultados en la materia. Cada día que pasa se agrava más el asunto, la delincuencia se va apoderando de todo el territorio nacional dejando una estela de violencia y desesperación y, de acuerdo con los datos, esa actividad representa el quinto rubro de empleo; es decir, cada vez se suman más personas a esa actividad, vivimos en un país donde proliferan los delincuentes.

Para cómo van las cosas, el avance de la delincuencia que ya de por sí ha llegado a niveles nunca vistos y que pone en riesgo la seguridad nacional, se prevé que de ganar la cuatro te, se pondrá aún peor. De poco han servido las becas a los jóvenes cuando los vemos engrosando las filas de las organizaciones criminales.

Las causas de la delincuencia se combaten con efectividad cuando existen y se implementan políticas públicas de prevención del delito, aspecto completamente ignorado en este sexenio.

Entre los múltiples motivos para solicitar la declinación, también se encuentra el desmantelamiento del sistema de salud, dejando a millones de personas sin acceso a la atención médica, se han visto en el más completo desamparo, frustrados ante la impotencia y, en el mejor de los casos, sin medicinas.

Así, sucesivamente, en casi todas las áreas encontramos fracasos que merman tanto los valores y régimen democrático, el Estado de Derecho y la justicia social; por otra parte, se van limitando las libertades, imponiendo un sistema retrógrado, regresivo y feudal que atenta con los más elementales derechos humanos.

Ante tal panorama, la reacción es fundamental, la defensa de la República representativa, democrática, laica y federal, como dice nuestra Constitución, nos obliga a pronunciarnos y a actuar en consecuencia. Una elección de Estado como la que se desarrolla en el actual proceso electoral cercena la legítima representación y vulnera nuestra frágil democracia.

Entonces, resulta imprescindible cerrar filas para evitar el mal mayor, primero y antes que nada la República, ese es el llamado a la declinación, sumar voluntades en beneficio del interés general.