Marcos Barraza.- Si usted tiene la curiosidad de abrir la batería de su laptop se encontrará con una serie de pilas de litio cuyo voltaje varía entre 2.8 y 4.2 volts dependiendo de la carga que tienen.
Si ahora toma dos y las conecta en paralelo, esto es positivo con positivo y negativo con negativo, circulará una corriente entre ellas desde la batería que tenga más carga a la de menor carga, proporcional a la diferencia de voltaje.
Si una batería tiene 3.2 y otra 2.8 tendremos una corriente de .4 entre la resistencia interna de ambas baterías, si las conecta al revés la diferencia de voltaje será de 6 volts y la corriente muy alta que pondrá a hervir el interior de las pilas con el riesgo de que exploten. La lección es “no las conecte si no sabe cómo”.
En el caso de la corriente alterna, como la que llega a su casa, el problema se complica un poco ya que la polaridad no es fija, uno de los alambres es positivo en un instante, luego negativo regresa a ser positivo, así se la pasa cambiando 60 veces por segundo, esto es, porque el generador que la provoca gira a 60 vueltas por segundo o a 3,600 revoluciones por minuto; si usted quiere conectar dos generadores en paralelo, se tiene que asegurar que ambos giren a la misma velocidad y que en el instante que se conecten tengan el mismo voltaje y la misma dirección, ¿A que me refiero con la misma dirección?
Cuando mide el voltaje en un instante en su punto más alto, unos milisegundos después será cero y luego el máximo pero invertido y así hasta hacer el ciclo, si usted conecta ambos generadores cuando están en voltaje cero, que es lo más indicado, pero uno va en dirección ascendente y otro en dirección descendente, verá cómo se queman si antes no se desconectan de inmediato.
Esto es si los generadores están uno junto al otro. Pero ¿Qué sucede si están distantes? Ahí aparece otro fenómeno interesante conocido como longitud de onda, el voltaje varía con el tiempo pero también varía con la distancia, si en un instante usted mide el voltaje en el generador y otro lo mide en la línea de trasmisión a 1,250 Kms en ese mismo instante, el voltaje medirá cero volts y cuando el generador pase por cero en el punto remoto estará el voltaje al máximo, si usted quiere una distancia más precisa divida la velocidad de la luz entre 60 y tendrá la longitud de onda del voltaje que le llega a casa y le dará alrededor de 5,000 kilómetros, esto significa que un generador conectado a una línea de 5,000 Kms, en un instante todos los voltajes serán distintos.
Pero ahí no termina el problema. Si su carga es resistiva la corriente seguirá religiosamente al voltaje, sube el voltaje, sube la corriente; baja el voltaje, baja la corriente; con las cargas resistivas es muy obediente la corriente, ¿pero qué pasa si la carga es inductiva, como motores o transformadores,? La corriente se desfasa 90 grados y si la carga es capacitiva se desfasa otros 90 grados en dirección contraria.
Pero aún hay más. Las cargas inductivas y capacitivas toman energía de la línea en un instante y en otro se la regresan a la línea, también hay que tomar en cuenta que cuando se conecta una carga y aparece la corriente, se cae el voltaje por aquello de que la potencia es igual a la corriente por el voltaje, si tienes potencia constante, al subir una la otra baja, por lo que tienes que aumentar la potencia para mantener el voltaje.
A todo esto agréguele que las líneas de transmisión tienen inductancia, capacitancia y resistencia propia que las hace susceptibles a inducciones, cargas estáticas de la atmósferas, rayos, variaciones en la conductividad de las tierra, deterioro en aislantes y un largo etcétera.
Ahora imagínese una telaraña de miles de kilómetros donde las cargas se están conectando y desconectando en forma aleatoria, el despacho de carga se vuelve un asunto complejo donde las probabilidades y estadísticas juegan un papel interesante.
Como se lo he platicado, la aritmética y las fórmulas sencillas podrían ayudarlo si está usted jugando con dos baterías, pero en una red tan compleja como la de un país, el modelo más acercado a la realidad lo dan las ecuaciones de maxwell que dicen que la potencia es igual al rotacional del campo eléctrico por el campo magnético, para resolverlo hace una matriz de 9 ecuaciones diferenciales donde mete todas las variables de la red y puede obtener un aproximado de lo que pasa ahí.
Se preguntará usted a qué viene todo este rollo y la respuesta es que viene a apoyar una sola frase: “El manejo de la red eléctrica de un país requiere de personal especializado”, no se puede poner en manos inexpertas por muchos favores y dinero que le deba el presidente y esa es la tragedia dentro de las muchas que está viviendo el país en manos de los grillos izquierdosos que se están volviendo asquerosamente millonarios saqueando como nunca al país.
Es cierto que había mucha corrupción en CFE, pero había buenos ingenieros que mejoraban la red continuamente, puedo dar constancia de haberme encontrado en cursos a grupos de CFE capacitándose en el extranjero, conozco ingenieros de clase mundial que prestaban sus servicios y asesoraban a CFE y hoy han sido removidos para que porros de Morena ocupen sus puestos.
Le pongo un ejemplo. Carlos Moreno Mar, presidente de Morena en Veracruz, fue nombrado subdirector de CFE y con su banda entró a CFE a sustituir ingenieros con muchos años de experiencia, se le han retirado recursos a mantenimiento para dirigirlos a la partida secreta del presidente para que éste disponga de ellos como le plazca como incrementar sus cuentas en Islas Caymán o comprar voluntades en el Congreso, lo que quiera el kks, pues ya se adueñó del país y los dineros que con nuestro esfuerzo generamos se va a su bolsa.
Y eso no es lo más grave, sino que la falta de mantenimiento y decisiones inteligentes generan estos apagones que tanto dañan a la industria y comercio del país. Antes teníamos un priismo ladrón pero con personal capacitado, hoy tenemos un morenismo ladrón, torpe y analfabeto funcional dirigido por el odio de un tirano de pacotilla que día a día incendia al país y se enriquece brutalmente ante el azoro de una sociedad timorata y pasmada. ¡Es cuanto!