Víctor H. León.- “El cine ha muerto”, dijo Roberto Rossellini, padre del Neorrealismo italianno, en 1963. Y aunque se dijo lo mismo en los años 20 con la llegada del sonido y en los 60 con el boom de la televisión, siempre logró salir ileso y sobrevivir.
José Urbano, crítico de cine, señaló en el programa La Chicharra: “El actual es el más grande atentado que ha recibido el séptimo arte en su historia; espero logre salir ileso esta vez”.
Previo al Covid, la producción, exhibición y distribución estaban cambiando de forma acelerada. Por ejemplo, el año pasado y por primera vez, el consumo de películas vía streaming superó al tradicional. Y si esto ocurría, la pandemia apresuró la tendencia.
Muchos filmes ya listos para estrenar tuvieron que cancelar proyección y optar por plataformas Premium on demand, como Netflix o HBO. De igual forma, en Colombia, cintas como “Sumercé” y “Un tal Alfonso Quijano” hicieron lo mismo con Movies y YouTube, respectivamente. En todos los casos con un aparente éxito.
Mientras las plataformas de streaming ganan más terreno, los teatros tradicionales luchan por no desaparecer. A algunas empresas, incluso, les ha tocado abrirse a este mercado con plataformas para sobrevivir, como la poderosa Cine Colombia con Cineco Plus.
¿Será este el fin del cine como lo conocemos hoy? Lo cierto es que pasará mucho tiempo para que todo vuelva a la normalidad, ya que este sector será de los últimos en reactivarse.
Y si todo sigue así, como dijo también José Urbano, volveremos a la época del kinetoscopio, de Thomas Alva Edison, con un cine menos colectivo, más individual y a la carta.
@LaChicharraFm