Lic. Héctor Ramón Molinar Apodaca.- Para que nuestra sociedad juarense se sienta cómoda y estable, necesita involucrarse más en el aspecto político nacional y analizar conscientemente el perfil de todos los contendientes en la próxima elección, que sin duda definirá el rumbo de los juarenses y en general a todos los que formamos parte del estado más grande y generoso de la república mexicana: Chihuahua.
Los juarenses hemos vivido muy limitados en recursos y obras urbanas innecesarias o que quedaron inconclusas por gobernantes irresponsables. La mayoría de los presidentes municipales, que han representado a nuestra frontera, se han enriquecido a costa del erario, quedando sus actos ilícitos en la impunidad, como parte del sistema corrupto y ante la falta de atención de los organismos no gubernamentales y representativos de nuestra sociedad.
Hemos sido omisos en exigir rectitud, honestidad y cuentas claras a los miembros que han representado al ayuntamiento durante décadas. Quizá porque hemos crecido en un ambiente de corrupción e injusticia social, así como la ausente participación ciudadana en los procesos electorales. La falta de conciencia de lo que significa la vida política que nos involucra directa e indirectamente.
Localmente tenemos identificados a los políticos que de por vida lo son y siguen en el sistema como funcionarios en diferentes puestos. Los que tienen aspiraciones para servir al pueblo y los que se sirven de la gente para lograr sus propósitos perversos. Incluso algunos(as) señalados directamente por robar o abusar del poder y que el ciudadano común no puede entender, el por qué ciertos partidos políticos no escuchan el reclamo popular, así como la ausencia de la justicia para aplicar las leyes respectivas.
Los partidos políticos en general ya dejaron de lado sus principios. La militancia generalmente se registra con la finalidad de obtener un favor o compensación o conseguir trabajo en el gobierno. Algunos “sueñan” en que, con su capacidad y conocimiento, puedan tener la oportunidad de servir a través de la función pública, lo cual es solo eso: un sueño. Pues a través del tiempo, los principales oponentes del PRI y del PAN impusieron la costumbre de que solamente los que participan en sus campañas políticas de sus candidatos o recomendados por los “jerarcas”, que son los dueños del partido político ganador, estarán en la lista de los diversos puestos principales.
Resulta cuestionable la incongruencia de los partidos políticos en el derecho de admisión de personas de dudable reputación, para participar como candidatos a los cargos de elección popular. Inadmisible en estos tiempos sostener la burla al pueblo con líderes nacionales sin pudor alguno que pretenden engañar a la nueva generación de jóvenes. Muchos de ellos han renunciado al partido político en el que depositaron toda su confianza.
Cierto es que las elecciones se ganan con votos y que las próximas elecciones serán vigiladas para evitar los acostumbrados y conocidos fraudes, por la reforma electoral que castiga con pena de cárcel al sujeto que se preste a ello y que, desde mi punto de vista, la mayoría de los operadores utilizados para estos fines la ignoran.
También es cierto, que la mala costumbre de admitir a líderes señalados como corruptos esté presente en los partidos dominantes del estado. Porque se basan en los antecedentes de elecciones pasadas donde obtuvieron mayoría de votos, aunque hayan sido comprados. La desmotivación se debe a la decepción generada porque son los mismos sujetos bajo otras siglas.
Existe confusión en el pueblo chihuahuense porque no están definidos los objetivos de los partidos políticos y solo uno que otro candidato está identificado con los ideales que representan. El pueblo es sabio y sabe quiénes son, sobre todo los jóvenes profesionistas que han renunciado.
La dignidad del ser humano es un derecho fundamental que incluso nuestra Constitución protege como tal. El interés público es el que determina el rumbo de nuestra sociedad para que haya equidad, justicia, estabilidad económica y seguridad. La nueva generación política tiene a su cargo ser más eficaz para combatir de frente a la corrupción.
Para transformar a los partidos políticos y el presente, construyendo un futuro con los antecedentes que han afectado a la democracia y soberanía nacional habrá participación y motivación para votar el día de la elección, que sin duda será con voto cruzado. Influirán los candidatos para bien y para mal del partido que los postula.